Profecía autocumplida y gasto social

¿Es sostenible un gasto social creciente sin crecimiento económico?

En el 2014 la pobreza descendió de 23.9% del total de la población a 22.7%, es decir, 1.2 puntos porcentuales. El ministro de Economía, Alonso Segura, y los voceros gubernamentales han informado que sin el aumento del gasto social la pobreza habría aumentado. Como ya se sabe, los beneficiarios de los programas sociales se han incrementado en 3 millones de nuevos beneficiarios y el gasto social ha aumentado en 2,700 millones. En otras palabras, los programas sociales comienzan a dispararse.

El ministro Segura tiene razón al sostener que sin el incremento de los programas sociales la pobreza habría crecido. Sin embargo, no tiene nada que celebrar sino muchas culpas por reconocer. El régimen parece haber sido víctima de las profecías auto cumplidas de la izquierda acerca de que el modelo tenía que frenarse inevitablemente por la caída de los precios de los minerales. Al respecto vale anotar que el Perú no solo perdió en precios del oro y el cobre sino, sobre todo, en volúmenes de producción porque se paralizaron inversiones por US$ 20,000 millones en proyectos mineros, petroleros y energéticos. ¿Los proyectos se truncaron por la caída de los commodities? Falso. Los precios caen en un 50% en promedio, pero aumentaron en cerca de 200% en la última década.

El ministro Segura reconoce que con altas de crecimiento en la década pasada, el 90% de la increíble reducción total de pobreza (de 60% a 22%) se explicaba por la expansión económica en tanto que solo el 10% por el gasto social. Hoy, por el contrario, el 83% de la reducción de pobreza se debe al gasto estatal. Aquí tampoco existe nada que celebrar y sí demasiado de qué preocuparse.

No se necesita ser un economista zahorí para entender que la reducción de pobreza basada en gasto estatal no tiene ninguna sostenibilidad. Si la economía no crece lo suficiente para crear empleo para los nuevos jóvenes que ingresan a la Población Económicamente Activa (PEA) solo el gasto social evitará que la pobreza aumente. Pero para que el aumento excesivo del gasto social no destruya un país se requiere más ingresos del Estado. ¿Cómo se aumentan los ingresos fiscales en una economía que se desacelera con gravedad? No hay cómo. De una u otra manera, celebrar que la pobreza no aumente por el gasto social es caer en la fiebre de Brasil que hoy crece casi cero con millones que dependen de las transferencias sociales.

Ahora bien, las profecías autocumplidas del nacionalismo no son tan ciertas como parecen. En América Latina la lucha contra la pobreza se ha estancado por los exiguos crecimientos de México y Brasil y las recesiones de Argentina y Venezuela. Pero la mayoría de economías abiertas siguen reduciendo pobreza: Paraguay  redujo 8.9 puntos, el Salvador 4.4 puntos, Chile 3.2 puntos, Colombia 2.2 puntos y Perú 1.9 puntos. Como se ve, el Perú ha pasado de ser uno de los primeros en este campo al último lugar.

Cuando uno repara en el que gobierno nacionalista hizo todo lo necesario para sembrar desconfianza en los mercados y paralizar la inversión privada –que explica el 80% del total de la inversión en el país-, entonces, la señalada profecía auto cumplida genera suspicacia. El escenario actual en el que se incrementa el déficit fiscal al 2% y se tiene que seguir aumentando el gasto social para aliviar la pobreza, ¿no favorece a una estrategia electoral con clientelas de beneficiarios de los programas sociales?

Para evitar especulaciones innecesarias solo existe un camino: volver a crecer para seguir incluyendo.

30 - Abr - 2015