Editorial Economía

Plantaciones y realidad

Plantaciones y realidad
  • 06 de octubre del 2015

Sobre el tan esperado reglamento de la Ley Forestal

Después de cuatro años de discusiones y consultas, el gobierno aprobó la semana pasada cuatro reglamentos para la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (N°29763). Los reglamentos son de: Gestión Forestal, Gestión de Fauna Silvestre, Gestión Forestal y de Fauna Silvestre en las comunidades campesinas y comunidades nativas; y Gestión de las Plantaciones Forestales y los Sistemas Agroforestales. Por las declaraciones de los voceros del gobierno al respecto, al parecer el ejecutivo ha decidido darle prioridad a las plantaciones de árboles.

El ministro de Agricultura y Riego, Juan Manuel Benites, ha dicho que con los reglamentos se reforzará el valor de los bosques, el sector forestal se convertirá en un nuevo motor de la economía, y también se combatirá la deforestación. Sin embargo, aquí surge la primera interrogante: ¿se puede impulsar ese sector, y proteger los bosques naturales, manteniendo el statu quo actual de la Amazonía, que no protege ni pone en valor toda esa riqueza forestal?

Impulsar plantaciones sería un avance en la actividad forestal, pero esta tarea demanda un esfuerzo muy grande y complejo que se tomará su tiempo. Al parecer se ha entusiasmado por las experiencias exitosas de Brasil y Chile, que exportaron el año pasado US$8,000 millones y US$6,000 millones, respectivamente, en madera de plantaciones.

¿Cómo lo lograron? Entregando en concesión grandes extensiones de tierras legalmente saneadas, sin conflictos sociales, con conectividad, fuentes de energía, puertos y demás infraestructura necesaria para producir y exportar. Entonces, la pregunta es: ¿está el Perú en condiciones de garantizar esas mismas condiciones a los inversores?

Lamentablemente, NO, debido a la incapacidad del estado para titular las tierras y resolver los conflictos sociales; y por la falta de conectividad vial, puertos, energía, etc. Es que no hemos sido capaces de cerrar la brecha de infraestructura, que ha crecido a US$121,000 millones. Además, las dos millones de Ha. de tierras deforestadas en la selva aptas para plantaciones no están concentradas sino dispersas, lo cual les resta rentabilidad. Y en los cinco millones de Ha. disponibles en la sierra tampoco hay infraestructura y tienen un alto riesgo de conflictos.

El Perú debe trabajar para superar esos obstáculos y atraer inversiones en plantaciones, pero este proceso se tomará varios años y luego las plantaciones empezarían a dar frutos en unos ocho años más. Pensar en plasmarlas ya mismo es ahora una utopía. ¿Y mientras tanto, seguimos sin explotar nuestra riqueza forestal?

Los hechos nos dicen, entonces, que el enfoque de una política forestal debe darle prioridad a explotar las 7.2 millones de hectáreas de bosques disponibles y concesionadas hace diez años, la mayoría de las cuales han revertido al estado porque fracasaron al ser entregadas a personas sin capitales ni experiencia en el negocio. Solo dos concesiones (MaderAcre y Bozovich) han tenido un éxito que podría extenderse al resto si se entrega las concesiones revertidas al estado a otras empresas con las mismas capacidades.

Cifras de Adex indican que si se explotara solo el 10% de ese potencial, en el corto plazo el Perú produciría US$5,000 millones en madera y se generaría un círculo virtuoso que reduciría la pobreza en la Amazonía. En cambio, con las plantaciones -si se concretan- las exportaciones de madera se  incrementarían a solo US$300 millones en el 2017, y se reducirían las importaciones en 50% recién dentro de cinco años.

¿Cómo explicar la decisión del gobierno ante tales cifras? Al parecer se ha impuesto en el Ejecutivo, una vez más, el enfoque ecologista radical que plantea NO tocar los bosques amazónicos, para “conservarlos”. Esto es una falacia porque el estado es incapaz de conservar los bosques. Todos los días estos son arrasados por taladores y mineros ilegales, cocaleros y agricultores. El 2001 fueron deforestadas 80,000 Has. y en el 2014 la depredación alcanzó las 145,000 Has., según cifras del Programa de Conservación de Bosques del actual gobierno.

Dejar los bosques maderables disponibles en las mismas condiciones de hoy, abandonados y sin explotarlos de manera sustentable, solo facilita que sigan destruyendolos y priva a los pueblos amazónicos de una oportunidad grandiosa para dejar atrás su pobreza secular. Es una lástima haber esperado cuatro años para que nos digan que continuará un statu quo desastroso y empobrecedor.

  • 06 de octubre del 2015

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