¡Ofensiva radical contra sector pesquero!

Mentiras y desinformación en contra de pesca industrial

La segunda temporada de pesca en la región norte-centro representará alrededor de US$ 9.00 millones en exportaciones para el Perú; así lo indicó Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería. Semejante noticia indicaría que la pesca industrial del Perú, luego de algunos años de zozobra —sobre todo durante el gobierno nacionalista— se recupera positivamente. Sin embargo, desde el ecologismo radical se ha iniciado una ofensiva con el objetivo de paralizar a este ahora pujante sector, que podría aportar el 1% del PBI. Para ello, el ecologismo radical apela a mentiras sin mayor sustento científico, que son desplegadas por algunos inadvertidos medios de comunicación. El ecologismo antipesquero pretende a cualquier costo que el gobierno pepekausa cierre la segunda temporada pesquera.

Una de estas mentiras es que durante esta segunda temporada se habría capturado una alta cantidad de juveniles. Según una asociación sin fines de lucro, así como algunos “sindicatos” de Chimbote y Pisco, la segunda temporada pesquera debe cerrarse porque hay una alta incidencia de juveniles (anchovetas menores de doce centímetros) que pone en riesgo el recurso anchovetero. La noticia ha generado tanto impacto que hasta el presidente Pedro Pablo Kuczynski, indicó que no se puede “depredar” el recurso marino. Bueno, ¡quién podría estar a favor de aquello! Pero la situación es muy distinta. Según Imarpe (Instituto del Mar del Peru), la institución científica encargada de hacer los reportes científicos, la caza de juveniles es de 15.47%, la mitad del límite establecido (que es de 31%). ¿De dónde sacan los ecologistas radicales que la incidencia de juveniles pone en riesgo el recurso y es hasta del 90%, como se dijo por allí? Además, según Imarpe la moda (tamaño) promedio es de 13.5 centímetros, más de lo establecido por norma (doce centímetros)

Vale aclarar que la alta incidencia de juveniles se da por una razón sencilla: que el recurso (anchoveta) es sostenible y fuerte. Sería trágico si en la temporada pesquera no se hubieran descubierto juveniles. Ahora bien, aún no estamos en los meses de reproducción de la anchoveta —que son entre enero y marzo, y agosto y octubre—, meses de veda según la ley. ¿Acaso podríamos creer que los industriales pesqueros pondrían en jaque el recurso (anchoveta) del cual hacen uso?

Sin embargo ya el Ministerio de la Producción ha tomado las medidas correctivas para salvaguardar los juveniles de anchoveta cerrando más de 46 zonas pesqueras, y no veinte como se dice. En otras palabras, el Produce y las instituciones que reportan estudios científicos están alertas antes cualquier eventualidad. De allí que se haya actuado de forma rápida para detener cualquier tipo de captura de juveniles de anchoveta.

Pero para que el sector pesquero industrial nacional siga adelante hace falta que el gobierno le dé incentivos y no trabas. Por ejemplo, se esperaba que el gobierno pepekausa derogue el decreto supremo 011-2013 que prohíbe la pesca industrial antes de la milla diez en el litoral centro norte y de la cinco en el sur, y hasta el momento no se ha presentado de forma oficial el anteproyecto de la nueva normal. Lo único que se sabe es que el propio ministro de Produce, Bruno Giuffra, aseguró que las normas dadas durante el gobierno nacionalista fueron un desastre para el sector pesquero.

Esperemos que el gobierno pepekausa siga cauto con respecto al cuidado del recurso marino, y que las políticas nacionales del sector tengan base científica. Y no los cantos de sirena del ecologismo radical.