Editorial Economía

Izquierda antisistema contra la inversión petrolera

Todo el Perú contra maniobras del estatismo

Izquierda antisistema contra la inversión petrolera
  • 24 de septiembre del 2018

 

La estrategia anti inversión del estatismo económico vuelve a la carga. Diversas “federaciones” de comunidades indígenas y “sindicatos” de pescadores han comenzado a expresar su desacuerdo con el proyecto de Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH) a punto de aprobarse en el Legislativo. La mencionada norma permitirá reactivar 4,500 pozos petroleros cerrados por razones económicas e incrementará la producción de 41,000 barriles diarios hasta 100,000 barriles en el 2021. Semejante aumento productivo atenderá la demanda diaria, de 250,000 barriles, reduciendo las importaciones de petróleo: US$5,500 millones en 2017.

La oposición al proyecto de ley es organizada por Marco Arana del Frente Amplio (FA), Verónika Mendoza de Nuevo Perú (NP) y distintas ONG que asesoran legalmente a las “federaciones de nativos y pescadores artesanales”. La estrategia anti inversión, una vez más, se desarrolla en base leyendas y mitos que se crean en contra de las empresas del sector de hidrocarburos, que cumplen los más altos estándares ambientales del planeta.

La debacle del sector hidrocarburos es grave. Desde el 2014, 42 lotes petroleros han sido devueltos al Estado por diversas circunstancias; entre ellas porque los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) dependen de la llamada “licencia social”, que se maneja políticamente por los sectores contrarios a esta industria. Asimismo los procesos de exploración se han caracterizado por perforar pozos “seco” (sin petróleo), situación que desalienta potenciales inversiones. En este contexto se produjo la caída del precio del barril de petróleo, de US$ 120 a US$ 30 entre el 2014 y 2016. Hoy se recupera a US$ 70 por barril.

Enrique Gonzales Torres, experto en hidrocarburos, señala que hace más de 50 años se desarrollan en la costa norte peruana actividades petroleras con cero contaminación, sin haber perjudicado el ecosistema marino y sin que se haya reportado algún daño de magnitud considerable. Ante cualquier duda vale recordar la buena salud del mar en el norte peruano, los avistamientos de las ballenas jorobadas y los numerosos buques dedicados a la actividad pesquera, así como pesqueros artesanales ocupando la Bahía de Bayovar, cerca al pozo SP1X, y al sistema de producción oleoducto-barco en Punta Balcones, tubería que parte del PTS (patio de tanques) de la refinería de Talara). “Sin necesidad de EIA, desde el inicio las petroleras se exigían el cuidado del mar”, señala Gonzales.

De la misma manera, la limpieza del mar en el norte se comprueba con las fallas geológicas, denominadas “peñas” —formadas hace millones de años—, en donde se observa presencia de numerosas variedades de moluscos, crustáceos y erizos de mar. En la zonas de Illescas-Bayóvar, donde existen afloramientos de petróleo (oil seeps), los organismos nectónicos, como el plancton, no han sido afectados de ninguna manera. Gonzales asegura que desde 1994 —utilizando el proceso de exploración sísmica 2D y 3D, realizado por las petroleras— no se ha reportado ninguna afectación al plancton, bentos y neuston, organismos microscópicos suspendidos desde la superficie hasta la profundidad marina. Lo demuestran informes entregados a la Dirección General de Hidrocarburos y a la División de Medio Ambiente, entre otras instancias gubernamentales.

¿Por qué, entonces, a los representantes del FA y NP, la izquierda representada en el Congreso de la República, se les ha ocurrido presentar un proyecto de ley para detener las actividades petroleras en la costa norte del país? En la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología (CPAAAAE) se ha aprobado un dictamen que declara a las zonas de la Isla Foca, el Ñuro, Los Arrecifes de Punta Sal y el Banco de Máncora, en los departamentos de Piura y Tumbes, como un área natural protegida. Si ha quedado demostrado científicamente que nunca hubo ninguna afectación al ecosistema marino, ¿por qué la izquierda intenta detener las actividades de la industria de hidrocarburos en el norte peruano? ¿Por qué, aparentemente, se intenta proteger 116,000 hectáreas que afectaría a siete lotes petroleros y a un enorme potencial de recursos por explorar?

Los estudios realizados por el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) relacionados con la biomasa del mar peruano han demostrado innumerables veces que las actividades petroleras no afectan a la flora o fauna, vitales para la pesca nacional. ¿Por qué no seguimos el ejemplo de los países del Mar del Norte, con los más altos estándares medioambientales y ecológicos del planeta, que explotan petróleo e hidrocarburos durante varias décadas sin haber causado daño a los organismos nectónicos de su mar?

 

  • 24 de septiembre del 2018

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