El sector forestal en debate

Podría ser un motor del crecimiento económico peruano

A propósito de los incendios de bosques en el norte del país, el sector forestal debe volver al centro de las miradas y convertirse en un motor de crecimiento económico para el país. No obstante, sucede todo lo contrario. Este año por ejemplo, Chile exportaría productos madereros alrededor de US$ 7,000 millones en tanto que el Perú solo US$ 200 millones. Tenemos la novena área forestal más extensa del mundo y la segunda más extensa de América Latina, pero aporta menos del 0.1% al mercado global de madera. Además, mientras el país sureño tiene tres millones de hectáreas dedicadas al sector, nosotros solo tenemos 30,000 hectáreas. Un reciente informe del Ministerio de Agricultura indica que en cada año el país pierde 120,000 hectáreas de bosques a causa de la deforestación.

Al iniciar su gobierno, el presidente PPK se comprometió a que al final de este se habrá reforestado más de dos millones de hectáreas. Si semejante propuesta se cumple entonces se habría generado empleo directo para más de un millón de peruanos. No obstante, habría que tener en cuenta que durante la gestión nacionalista el ex Ministro de la Producción Piero Ghezzi hizo algunos avances para impulsar al sector forestal como un motor de crecimiento económico. Por ejemplo, se promulgó una ley forestal que permitió otorgar las primeras concesiones luego de ¡diez años! Pero fueron muy pocas, y hasta el momento no se han otorgado más hectáreas en concesión. En nuestro país solo un 11% de las áreas potenciales se han logrado concesionar.

A pesar de lo avanzado, todavía las hectáreas necesarias no están habilitadas para que se otorguen las concesiones de plantaciones forestales. ¿Por qué? Hay tres razones fundamentales. La primera es la tramitología, debilidad que ha sido superada con la promulgación de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (N° 29763) y su posterior reglamento. Con esta ley se ha logrado agilizar los engorrosos procesos burocráticos. La segunda es que el Estado es incapaz de otorgar títulos de propiedad de las tierras para las plantaciones forestales o de resolver los conflictos sociales. La tercera es que no existe la infraestructura física necesaria (conectividad vial, de puertos y energía) para que el sector resulte competitivo.

Nuestro país tiene algunas ventajas que hacen más atractivo y rentable el sector forestal que el chileno. En un último informe sobre el sector, Felipe Koechlin, gerente general de la empresa Reforestadora Amazónica S. A. indica que en “el Perú importa madera de pino radiata chileno, que tarda entre 20 y 25 años en crecer, pese a contar con la bolaina, especie nativa de la Amazonía de características similares e incluso superiores, que tarda entre ocho y diez años en alcanzar la edad de cosecha”.

De lo que hoy se trata es de permitir que las inversiones y el capital retornen a la Amazonía y que el sector forestal sea una de los grandes motores del crecimiento económicos que el Perú necesita.