El Perú y el desastre brasileño

Caída de Brasil arrastra a América Latina

En un reciente reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI) se establece que América Latina se contraerá en 0.3% en el 2016. De esta manera la región acumulará dos años consecutivos de recesión. La razón de los malos resultados: Brasil, uno de los gigantes del continente, volverá a contraerse (-3.5%), luego de caer en 3.8% el 2015. Venezuela también tiene un horizonte negro en los pronósticos del FMI. No solo más recesión sino que la inflación podría dispararse al 500% en el 2016.

Las sombras sobre América Latina se producen no obstante que la economía planetaria crecerá el próximo año en 3.4% y, no obstante también que México, otro gigante regional, se expandirá en 2.6%. Ante la caída de Brasil y Venezuela de nada valen los aceptables resultados de los países que integran la Alianza del Pacífico (el propio México, Colombia, Perú y Chile) y los de los estados de Centroamérica.

Considerando que el nivel promedio de pobreza en la región se ubica en 28%, los resultados de Brasil que arrastran a América Latina representan una vergüenza en una economía mundial que, pese a los problemas y al alza de las tasas de interés en Estados Unidos, sigue creciendo. ¿Cómo explicar el desastre brasileño?

En este Portal lo hemos repetido hasta la saciedad: la negativa al libre comercio y el estatismo en general. Los países que integran el Mercosur, liderados por Brasil y Venezuela, por razones ideológicas, se negaron a insertarse en las grandes tendencias del libre comercio (hoy la Argentina de Macri pugna por liberalizar el acuerdo) y, entonces, los commodities empezaron a caer y la recesión y la inflación golpearon a las economías cerradas. No es extraño que otro país proteccionista como Rusia haya cerrado el 2015 con una recesión de alrededor del 4% ante la caída del petróleo.

¿Significa entonces que las economías cerradas son más vulnerables al descenso de los precios de los commodities?

Por supuesto que sí. Los TLCs representan uno de los principales mecanismos para diversificar las economías que dependen en exceso de las materias primas. Para vender un commoditie no se necesita un acuerdo comercial bilateral o multilateral porque los precios se fijan en los mercados mundiales. Para exportar productos no tradicionales sí se necesitan los TLCs.

Ahora bien, es evidente que los acuerdos comerciales por sí solos no son suficientes para diversificar una economía. Se necesita un estado que resuelva los problemas institucionales, de infraestructuras, y aborde las reformas educativas y de salud para contar con una fuerza laboral innovadora. Si se desarrollan estas condiciones las fuerzas productivas tenderán a diversificarse.

Ante el desastre de las economías cerradas del Mercosur, los resultados de los países de la Alianza del Pacífico son aceptables. Pero no se trata de ser tuertos en el país de los ciegos. Si los estados hubiesen estado a la altura de las circunstancias, hoy los países de la AP estarían creciendo como las economías abiertas del Asia.

Por todos estos hechos causa enorme desconcierto que algunos candidatos traten los temas vinculados al modelo económico y de la diversificación productiva con una irresponsabilidad que aterra. Las críticas a la explotación de los recursos naturales, por momentos, parecía indicar una clara voluntad de retornar a las fórmulas de la economía cerrada y estatista que hoy hunden al Brasil y Venezuela.