El milagro social de Toromocho

El presidente Martín Vizcarra oficializó la ampliación de la mina Toromocho, una inversión de US$1,300 millones que se suman a la inversión inicial de US$3,500 millones del 2013. La señalada ampliación permitirá el incremento de la producción de cobre, de 117 mil a 170 mil toneladas métricas por día y de unos 1,000 nuevos puestos de trabajo directos.

Asimismo la nueva inversión posibilitará nuevos emprendimientos familiares - de bienes y servicios - en empresas de transporte, de maquinarias y de mantenimiento, que posibilitarán crear 6 puestos de trabajo indirecto por cada directo.  

Desde mediados de los noventa, el desafío del proyecto ha sido la expansión de las operaciones hasta alcanzar la antigua ciudad de Morococha, provincia de Yauli, Junín. Como se sabe la compañía china Aluminiun Corporation (Chinalco) aceptó el desafío de la construcción de la mina, la edificación de la ciudad Nueva Morococha y el proceso de reubicación de la población. El 10 de diciembre 2013, el presidente Ollanta Humala inauguró las operaciones en medio del estribillo antiminero “agua si, oro no” que bloqueó el proyecto Conga en Cajamarca. En Toromocho no pasó el mensaje antiminero.

Recientes manifestaciones públicas de medio centenar de propietarios que todavía no lograron negociar con la minera la venta de sus propiedades en Morococha, “coincidieron” con el anuncio del presidente Vizcarra de la ampliación de la mina. Los señalados propietarios todavía no deciden vender sus propiedades de la antigua Morococha, no obstante que el El 98% de la población ya lo hizo hace más de cinco años y se mudó a sus nuevas casas – con título de propiedad en mano –en la nueva ciudad construida por la minera.

Las pestilencias de las aguas residuales de la antigua Morococha y la permanente indolencia las autoridades se quedaron en la antigua Morococha. El alcalde de ese entonces, Marcial Salomé, incentivó las invasiones para abultar el número de habitantes con derecho a una casa en la zona de Carhuacoto y siguió haciendo obras (estación de bomberos y palacio municipal) pese a que la ciudad, por ley, debía ser reubicada.  

Desde 2013, la Nueva Morococha en Carhuacoto, es el modelo que se implanta en la minería moderna y responsable del país. La minera apoya programas relacionados con la educación, salud, desarrollo productivo y fortalecimiento de organizaciones sociales. La inversión minera ha gestado una nueva clase media andina trabajadora que habita viviendas de alto confort y con todos los servicios públicos de primer nivel.

En la Nueva Morococha el desempleo tiende a cero por las diversas oportunidades laborales tanto en Toromocho como en otros proyectos mineros cercanos. Canon, renta, regalías, fideicomisos y aportes voluntarios siguen transformado a la región. Una mesa de diálogo para la reubicación de la población se ha convertido en una mesa permanente para el desarrollo y bienestar de la población.