Crecer para incluir

¿Es cierto que la expansión del gasto social ha evitado que la pobreza aumente?        

El crecimiento del gasto en los programas sociales del gobierno ha desatado una polémica entre el ex ministro de Economía Luis Carranza y el actual titular del sector, Alonso Segura. Ante las suspicacias de un uso político de esos programas por parte del gobierno, Segura ha insinuado que si la reducción de la pobreza no se ha estancado en el país, tal como ha sucedido en América Latina, se debe a la expansión del gasto social durante el régimen nacionalista: 3 millones de nuevos beneficiarios y 2,700 millones de soles de incremento presupuestal.

Según una investigación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre el 2012 y el 2013 se estancó en la región el proceso sostenido de reducción de pobreza de la última década, y en algunos países como Venezuela la pobreza se ha incrementado. Los pobres latinoamericanos siguen constituyendo alrededor del 28% de la población. En ese mismo período la indigencia aumentó de 11.7% al 12%.

No obstante, observemos a los países que sí han continuado reduciendo pobreza: Paraguay (8.9 puntos), el Salvador (4.4 puntos), Chile (3.2 puntos), Colombia (2.2 puntos) y Perú (1.9 puntos). En otras palabras, los países con economías más abiertas continuaron derrotando a la pobreza, aunque el Perú ha pasado de ser uno de los primeros en este campo a ser el último.

¿Qué significa todo esto? Que el agotamiento del llamado súper ciclo de los commodities ha afectado principalmente a las economías más cerradas y con gastos sociales expansivos. Las recesiones de Venezuela y Argentina y el estancamiento de Brasil explican en gran parte el retroceso en la lucha contra la pobreza en la región.

Y las incoherencias del nacionalismo de los primeros años de su administración han convertido al país en el último de la clase. El ministro Segura señala que la expansión del gasto social ha evitado que la pobreza aumente en el país. Al respecto, vale señalar que la Cepal acaba de publicar un estudio sobre el panorama fiscal de América Latina en el que se concluye que el gasto social de la región en promedio se incrementó del 12.9% al 19.2% en los últimos años y, sin  embargo, se hace evidente el retroceso en lucha contra la pobreza.

Si el Perú sigue reduciendo pobreza pese a la desaceleración es porque todavía se mantienen las fortalezas de la economía de mercado. Vale anotar que, gracias al modelo económico, se ha logrado reducir la pobreza de un 60% del total de la población a solo 23% en la actualidad.

Entre el 2001 y el 2012 el país creció a tasas por encima del 6% del PBI y estuvo entre los primeros en América Latina en reducir pobreza y desigualdad. La clave principal de este ciclo virtuoso residió en el crecimiento de la inversión (por encima del 25% del PBI), de la cual un 80% correspondía al sector privado.

Diversos estudios nacionales e internacionales señalan que el 80% del total de reducción de pobreza se explica por el crecimiento económico en tanto que 20% por las políticas sociales del Estado.

El gran problema es que la desaceleración ha detenido al principal protagonista del modelo: el 2014 la inversión privada cayó en cerca de 2% y, de pronto, se han desatado discusiones que  hasta hace muy poco parecían extrañas.

Semejantes reflexiones nos demuestran que la dicotomía incluir para crecer o crecer para incluir es absurda. En el Perú solo se ha incluido y reducido pobreza cuando hubo crecimiento suficiente.

  15 - Abr - 2015