Challhuahuacho: el círculo virtuoso de la minería

Cómo un pueblo pobre y atrasado alcanzó el bienestar y su progreso

Ubicado a más de 3,600 metros, el distrito de Challhuahuacho, en la provincia de Cotabambas, se ha convertido en el centro de un dinamismo económico sin parangón en su historia. Desde la instalación del proyecto cuprífero Las Bambas, uno de los más grandes del planeta y que representa una inversión de más de US$ 10,000 millones, hace más de 15 años, Challhuahuacho se ha transformado en un distrito moderno con indicadores de desarrollo social y económico semejantes a los municipios de la costa.

La compañía dueña de Las Bambas ha destinado más de US$ 75 millones a la creación de un fondo social para construir infraestructura en provincias de Apurímac, y ha invertido más de US$ 250 millones en proyectos sociales y productivos en la provincia de Cotabambas. Además de los beneficios económicos directos, la compañía ha seguido una estricta política de generación de puestos de trabajo y oportunidades en los distritos y las comunidades de la zona de influencia directa y provincias adyacentes.

En ese sentido vale recordar que el año 2003, a través de un concurso público, el Estado Peruano concesionó el megaproyecto Las Bambas estableciendo 17 Condiciones Sociales discutidas durante el diálogo con las autoridades locales y comunales. Como parte de esas Condiciones Sociales, minera establece como política rectora brindar oportunidades y generar fuentes de empleo.

Los resultados han sido notables. Del 2004 al 2013 se crearon alrededor de 9,000 empleos directos. En el 2014 la compañía contrató a más de 2,400 trabajadores locales con plenos derechos sociales y laborales. El 90% de la mano de obra contratada procede de los distritos de la provincia de Cotabambas (Mara, Haquira, Tambobamba o Cotabambas), en tanto que el 10% restante está cubierto por trabajadores de las provincias de Andahuaylas, Aymaraes y Grau.

Asimismo, del 2011 al 2014 la compañía invirtió más de S/. 180 millones en la generación de empleo local. Y bajo la política de beneficios directos, ha creado, con la colaboración del Servicio Nacional de Adiestramiento Técnico (Senati) programas de fortalecimiento de capacidades con el fin de mejorar las competencias técnicas. En ese sentido, más de 260 pobladores locales son hoy operadores de equipos pesados, electricistas o asistentes de planta.

Semejantes datos revelan que el proyecto minero no solo ha generado beneficios inmediatos (empleos) en la zona de influencia directa sino, como señalamos, en los distritos o provincias cercanas.

Así, en cumplimiento de las Condiciones Sociales, la minera ha desarrollado encadenamientos empresariales alrededor de servicios de hospedajes, restaurantes, lavanderías o transporte. En Challhuahuacho o Fuerabamba, ha surgido una poderosa red de empresarios locales fruto del dinamismo minero.  Por ejemplo, en el período 2011-2014, la compañía minera invirtió más de S/. 130 millones alquilando alojamientos y hoteles; S/. 65 millones en restaurantes; S/. 12 millones en servicio de lavandería y S/.65 millones en transporte. Cifras extraordinarias que señalan el impacto positivo de la minería moderna en la vida de los pobladores.

Es extraordinario cómo Challhuahuacho, un distrito donde hace menos de dos décadas el trueque era herramienta de cambio y la extrema pobreza era lugar común, ha avanzado hacia la modernidad del siglo XXI a través de una genuina alianza con la minería moderna. Sirve de ejemplo para deshacer el relato antiminero que la izquierda local quiere imponer.