Editorial Cultura

Fernando Ampuero: "Somos animales narrativos"

Sobre el cuento, el periodismo y sus más recientes publicaciones.

Fernando Ampuero: "Somos animales narrativos"
  • 09 de junio del 2017

En la siguiente entrevista, el escritor Fernando Ampuero asevera que el cuento es el género matriz de la literatura y explica sus inclinaciones por el mismo. Se atreve a vaticinar que el libro en papel jamás desaparecerá porque las ediciones digitales coexisten con el papel. Asimismo nos habla de Íntimos y Salvajessu reciente libro de cuentos publicado por Tusquets, y nos explica el porqué su temática literaria se mueve entre las clases medias limeñas y el género negro. 

 

Íntimos y Salvajes, su más reciente recopilación de cuentos que transcurren en Lima, ha sido publicada por la reconocida editorial Tusquets en México. ¿Por qué sus textos se mueven entre el género negro y las historias de la clase media limeña?

Uno escribe sobre lo que conoce. Y yo conozco a la clase social a la que pertenezco: la burguesía limeña. Nadie me tiene que contar lo que necesito escribir. Lo estoy viendo cada día, lo vivo, lo huelo. De igual modo, en el caso del género negro, he sido testigo de la paulatina  transformación de Lima. Yo de niño vivía en una ciudad de menos de un millón de habitantes; actualmente Lima tiene más de diez millones y resulta una urbe caótica y salvaje. El oficio periodístico, naturalmente, me hizo descubrir luego las calles duras, sobre las que me volqué a escribir crónicas y reportajes. No tiene nada de raro que, en algún momento, el tema haya saltado a mi literatura.  

(Tusquets México 2017)

En un país de tantos novelistas como Ciro Alegría, José María Arguedas, Mario Vargas Llosa, ¿por qué eligió la novela corta y el cuento?

¡Ey, has mencionado a autores muy lejanos en el tiempo, que proceden de la primera mitad del siglo XX! ¡Y estamos en la primera mitad del XXI! Mira, varios de esos autores no solo fueron novelistas, sino también extraordinarios cuentistas. Pero, para responder a tu pregunta, yo creo que el cuento es el género matriz de la literatura. En las cavernas los hombres primitivos se contaban cuentos. Y en mi casa familiar, también. El cuento, como los chismes de las tías o cualquier otro tipo de historias breves que intercambiamos las personas en la vida cotidiana, es esencial para la convivencia. Somos animales narrativos. Además, mi infancia estuvo llena de cuentos, de esos que me contaban en la cama antes de dormir, o de aquellos otros, más importantes, que leí en los primeros libros que cayeron en mis manos. Muchas novelas, de otro lado, no son otra cosa que un rosario de cuentos.

Todo parece indicar que Fernando Ampuero será clasificado como un buen cuentista, ¿está de acuerdo?

Gracias por lo de “buen”. Pero sí, siempre me he sentido un cuentista, a tal punto que he ayudado a que me peguen esa etiqueta. Aunque no por esto desdeño mis novelas cortas, que en realidad, si las analizas desde el punto de vista estructural, entrañan el espíritu del cuento. Por lo tanto, no habría por qué excluirlas. Para mí, Loreto, Caramelo verde y Hasta queme orinen los perros son a todas luces cuentos largos; el último, incluso, deriva de un cuento, Taxi driver sin Robert de Niro. El ánimo clasificador del crítico, en todo caso – porque me imagino que te refieres a ellos, los críticos, que no pueden vivir sin hacer clasificaciones  – no siempre afecta al lector cultivado.  

¿Qué opina del debate pasado entre escritores andinos y criollos? ¿Es correcta esa división?

Fue un desembalse de resentimiento, que ahora se puede ver como una crisis provocada por ciertos escritores que no se sentían lo suficientemente reconocidos. Yo, en el fondo, estuve en un principio del lado de los andinos. ¿Por qué? Porque el Perú es un país injusto. Así como no hay una justa distribución de la riqueza, tampoco hay una justa distribución de la fama. Pero de ahí a que consideraran que los responsables de su situación poca favorecida eran los escritores criollos fue una barbaridad. Y luego, todo empeoró. Llegaron a decir que los escritores limeños no eran representativos del Perú, y que, para colmo, éramos mafiosos. Con el correr de los años, los andinos bajaron el tono. Hoy este tema ha perdido vigencia. Suena a antigualla. 

¿A la sociedad de hoy ya no le interesan los temas culturales?

No lo creo. Yo me inclino a pensar que sí les interesan. En el torbellino del internet y las redes sociales, por ejemplo, yo encuentro todos los días temas y personajes de la cultura. Ustedes, ahora, tienen El Montonero, dedicado más a lo político, pero que igualmente se ocupa de la cultura. Y el Facebook, de hecho, fuera del torrente de tonterías que lo caracteriza, filtra mucha cultura, pues por ahí me entero de infinidad de actividades en teatro, danza, conciertos, publicaciones de literatura y de ciencia; e igualmente me ofrece artículos culturales de primer nivel, colgados por internautas que los toman de incontables revistas y suplementos del mundo. Y si a todo esto uno suma las notas de diarios y revistas y la cuota de libros que vas leyendo durante la semana, quedas muy satisfecho. ¿Cuántos leen lo que yo leo? No lo sé. Pero mucha de esa lectura está en línea porque hay gente que la difunde y la lee y la comenta. La cuestión es que, en el paroxismo de la sobreinformación, estamos obligados a seleccionar, pero eso siempre lo ha hecho toda la gente interesada en la cultura. 

¿Cómo avizora usted el cuento en la era digital? ¿Morirá el libro en papel?

El libro en papel jamás desaparecerá. Ni con un Hitler reloaded. El formato digital y el impreso hoy coexisten sin problemas. Es decir, el libro, que es el vehículo del mayor invento de la humanidad, la palabra, está destinado a perdurar hasta el fin de los siglos.  

¿Qué opina sobre el hecho de que el periodismo de espectáculos empieza a ser decisivo en la media nacional?

El periodismo de espectáculos no me inquieta. Me inquieta Donald Trump, Putin, los chinos. Me inquieta Odebrecht y el naufragio de la respetabilidad de los políticos y empresarios peruanos. Me inquieta el terrorismo islámico y los países del Medio Oriente que viven en el apocalipsis. Me inquieta la política mundial, que es el gran espectáculo de la miseria humana.

Existe gran entusiasmo por la crónica en Latinoamérica, ¿se debe a una crisis en la ficción?

Si el periodismo tiene vuelo literario, se debe a la crónica. Este género tuvo sus momentos de esplendor en el París del siglo XIX, en la Nueva York de mediados del siglo XX y, a mi criterio, en la Latinoamérica del siglo XXI. En cuanto a la crisis de la que hablas, para mí es primera noticia. No sabía que la ficción estaba en crisis… Yo, dicho sea de paso, escribo ocasionalmente relatos que están a caballo entre la ficción y la crónica. El 22 de este mes, precisamente, presentaré Lobos solitarios, un cuento que edita PEISA en formato de plaqueta y que esboza un díptico, un cuadro con retratos de dos escritores peruanos en la sombra. La ficción, en este caso, se muestra apenas en las costuras. 

(Peisa 2017)

Si tuviera que reescribir su vida, ¿volvería a hacer periodismo, novela corta o cuento?

Bueno, he llevado una vida que, como todas, ha supuesto aciertos y errores. Me gustaría escribir como John Huston al final de sus memorias: “No he debido gastar el dinero antes de ganarlo; o he debido beber más vino y menos whisky”, pero, a decir verdad, nunca he sido de excesos. Mi límite, en los buenos tiempos, eran cinco tragos por noche. Y en lo que concierne a mis oficios, no los cambiaría; el periodismo y la literatura, para mí, son dos pasiones que se complementan. Corregiría mis fracasos, eso sí, pero no todos. Ha habido en mi vida fracasos que no los cambio por nada. Aprendí mucho de ellos. Ah, y tampoco cambiaría mi preferencia por los géneros del cuento y la novela corta.  

¿Con qué escritor nacional e internacional se queda? 

¿Cómo escoger uno? En literatura no soy monoteísta. Cada época de mi vida me ha deparado un escritor que me deslumbró. Stevenson, Stendhal, Kafka y Camus en mi adolescencia, y luego los autores americanos y latinoamericanos que se adueñaron del siglo XX. No los enumero, porque la lista es larga. 

Si tuviera que elegir uno de sus libros con cuál se quedaría. ¿Por qué?

Elegiría una novela reciente donde narro la historia de un muchacho que descubre su país en medio de una tragedia colectiva. Se titula Sucedió entre dos párpados. No es que este sea un libro superior a otros que haya escrito. Diría más bien que irradia una luz muy personal. Es una historia de juventud, que solo he podido escribirla de viejo.

Para terminar, ¿qué puede hacer realmente por su país un escritor peruano?

Lo mejor que puede hacer un escritor es escribir bien. O tratar de hacerlo. Cada uno debe luchar emplazado en su trinchera.

 

 

Fotografías: Tatiana Gamarra

Entrevista: Luis Cáceres Álvarez

  • 09 de junio del 2017

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