Eduardo Zapata

ZAVALA, NO ZAVALITA

ZAVALA, NO ZAVALITA
Eduardo Zapata
04 de agosto del 2016

“Hay que desjoder al Perú”, dijo PPK aludiendo al Zavalita vargasllosiano

Desde el punto de vista de la comunicación política, fue un buen mensaje presidencial. ¿Quién no podría compartir los sueños externalizados por PPK que —finalmente— son los sueños de la mayoría de peruanos? “Firme y feliz por la unión” fue la expresión con la que el señor presidente rubricó su mensaje. Apelando, entonces, a los sentimientos populares que normalmente embargan a la gente en las festividades patrias. Apelando a la urgencia de “unirse para hacer”, en contraste con la desilusión causada por la ejecutoria del gobierno saliente, cuyo lema pareció ser más bien “desunirse para deshacer”.

Y los siguientes pasos silentes del presidente supieron de sonrisas y bailes. Que, en conjunción con la imagen de sabiduría y probidad del hombre de edad que PPK a veces proyecta, constituían elementos más que suficientes para lograr una inicial y necesaria empatía popular. La esperada promesa de unión había sido satisfecha con los gestos iniciales —verbales y no verbales— del presidente. Experimentado técnico y experimentado político, Kuczynski añadió a su imagen profesional el candor de la espontaneidad aparentemente inofensiva que un hombre viejo y sabio puede proyectar.

No entrar en detalles en el mensaje había sido la clave para no propiciar mayores polémicas y asegurar la convocatoria a la unión. El presidente manejó su discurso inaugural a la Nación con solo dos de las categorías subyacentes al lema fundacional “firme y feliz por la unión”. Dejó para sí la felicidad y la unión —que no causan controversias— y dejó lo de firme a Fernando Zavala, cuando se presente ante el Congreso. Allí sí se acabó el recreo. Por que planes, metas e indicadores suscitarán polémicas. Tocará, pues, a Zavala materializar la vigilia de la gobernanza y ya no solo sueños. Y esa vigilia necesariamente tendrá que aterrizar en algunas medidas, acaso poco populares, para que se consolide de veras el concepto de la firmeza.

Ha sido el propio PPK quien ha traído a la mente Conversación en la Catedral. Hasta ha realizado una innovación lingüística cuando formuló su expresión “Hay que desjoder al Perú”, en clara alusión a las palabras con las que el personaje Zavalita abre la novela Conversación en la Catedral. Insondables los misterios de la mente. PPK escoge como primer ministro a un Zavala. Cuando es Zavalita —el personaje de Conversación en…— el que pesimista o cínicamente acuñó la frase “en qué momento se jodió el Perú”.

Toca, pues, a Fernando Zavala proponer un mensaje coherente y de acción inmediata que —sin abdicar de la promesa de unión y felicidad— demuestre la firmeza y la confianza en el Perú exigidas por las circunstancias. Toca a Fernando Zavala ejercer a plenitud las tareas de primer ministro. Y en ese sentido, comunicarse mucho con la población. Le toca ser Zavala y no Zavalita.

Para quienes lo recuerden, en el pasaje inicial de Conversación en… a Zavalita le lustran los zapatos. En el período que se inicia no se necesitan áulicos por prebendas reales o imaginarias. Se necesitan voces que ayuden al buen gobierno. Cuando hay que criticar –por ejemplo, recientes dislates presidenciales- hay que hacerlo. La crítica no es enemistad.

 

Eduardo E. Zapata Saldaña

 
Eduardo Zapata
04 de agosto del 2016

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