Zapatero, a tus zapatos

El Congreso debe autorizar la salida del país de PPK

“Tenemos un presidente que no gobierna, que está ausente, que solo trabaja a medio tiempo y que no se conecta con la realidad” (Héctor Becerril, Fuerza Popular). “Nuestro líder, el que ganó las elecciones, el presidente de la República, trabaja por el país a tiempo completo. En los trabajos que ha desempeñado nunca pidió 500 días de licencia” (Alberto de Belaunde, PPK). Dimes y diretes entre las bancadas de oposición y el oficialismo, esta vez debatiendo sobre si autorizar o no la salida del país del presidente de la República, entre el 15 y 23 de septiembre para ir a Estados Unidos, a tomar parte de la Asamblea General de Naciones Unidas; y a la Santa Sede, para invitar oficialmente a su Santidad el Papa Francisco a que visite el Perú el próximo año. El debate fue picante, teniendo en cuenta que la huelga indefinida de maestros no tiene solución a la vista. Al final se suspendió la votación y desde esta columna creo que fue un error del Congreso proceder de dicha manera. A PPK se le debe otorgar tal permiso, pero bajo su propia cuenta y riesgo.

Recordemos que según el artículo 102.9 de nuestra Constitución le corresponde al Congreso autorizar al presidente de la República salir del país. Asimismo, dicha atribución se ve desarrollada en la Ley N° 28344, que regula la autorización de salida del territorio nacional del presidente de la República. No obstante, si bien está en manos del Congreso permitir o no la salida del país del presidente, y en la Constitución no se detalla las causales que justifican una prohibición, la buena política debería entender que ella solo debe ser ejercida de manera extraordinaria; por ejemplo, como para evitar la fuga de un mandatario. Dicho de otro modo, en cualquier otro caso se le debería otorgar el permiso, máxime si la propia Constitución señala en su artículo 110 que “el presidente de la República es el jefe del Estado y personifica a la Nación”; y en su artículo 118.11, que le corresponde a este —y no al Congreso— “dirigir la política exterior y las relaciones internacionales, y celebrar y ratificar tratados”.

Ahora bien, hay quien podrá decir que es rol del Congreso ejercer control político sobre los actos del Gobierno; tendría razón. Hay quien podrá decir que el momento del viaje no es oportuno porque la huelga de maestros sigue sin solución y tres millones de niños están en riesgo de perder el año escolar; tendría razón. Hay quién podrá decir que PPK tiene un frágil 19% de aprobación y que un viaje suyo en este momento podría consolidar su imagen de presidente distante; tendría razón. Hay quien podrá decir mil cosas más y probablemente tendría razón; no obstante, PPK —nos guste o no— es el jefe de Estado y le corresponde a él representar al Perú en el exterior. La mayoría de peruanos lo eligió para liderar y liderar significa tomar decisiones. Que él decida si el timing de este viaje es el adecuado. Y como aparentemente así ya lo ha hecho, el debate de su autorización no debería concluir con una eventual prohibición basada en un argumento legal; la discusión no debería ser jurídica sino política. Le recomiendo al Congreso que lo deje salir y que PPK asuma el costo político de su decisión.

Siendo 28 de agosto de 2017 a las 18:41 horas, vaticino que el Parlamento actuará conforme a las reglas de la buena política y autorizará la salida del presidente por convicción de “zapatero, a tus zapatos”. Es decir, que le corresponde a PPK y no a ellos liderar la política exterior. Y también el Parlamento autorizará el viaje para cuidarse de que la opinión pública y ciertos medios de comunicación amigables con el Gobierno lo tilden de obstruccionista. Creo que esta suspensión de la votación se trata solo de un mensaje que la oposición quiere mandarle al presidente, una especie de “ponte las pilas”. PPK debería escuchar ese mensaje y actuar en consecuencia, porque puede que internacionalmente haya ganado prestigio liderando —entre los presidentes de la región— la valiente oposición a la dictadura venezolana, pero nacionalmente tiene muchos problemas por resolver.

Zapatero, a tus zapatos. Y hay quien podría decir que el de PPK lleva bastante tiempo desamarrado; tendría razón.

Franco Germaná Inga