María Cecilia Villegas

¿Y los jóvenes para cuándo?

¿Y los jóvenes para cuándo?
María Cecilia Villegas
22 de octubre del 2015

Sobre la problemática y las expectativas de los jóvenes de cara al 2016

Existe en el país una percepción de que quienes entran a la política lo hacen por intereses personales y/o económicos. No existe actor político relevante sobre quien no pese alguna sospecha de corrupción o, en el mejor de los casos, una gran desconfianza. Si esta percepción está basada en hechos ciertos o no, es irrelevante. Los ciudadanos no confían en el Estado.

El problema es que el Estado es fundamental para impulsar o trabar el crecimiento económico y el desarrollo del país. La falta de confianza de los ciudadanos solo puede alimentar opciones antisistema y a la larga afectar el desarrollo del país.

El 30% de quienes votarán en las elecciones 2016 son jóvenes entre los 18 y 29 años. Un sector poblacional que tiende a radicalizarse al no encontrar satisfechas sus expectativas. Recordemos que quienes iniciaron la Primavera Árabe fueron precisamente jóvenes que no encontraron la forma de ser escuchados. El mayor riesgo es que los jóvenes, al no encontrar quien los represente adecuadamente, usen la democracia para elegir a un líder radical en las próximas elecciones. En el Perú, de acuerdo con cifras de la Encuesta de la Transición de la Escuela al Trabajo 2012, el 18% de jóvenes entre los 15 y 29 años ni estudian ni trabajan (“NINI” o “NEET” por sus siglas en inglés). El 74% de ellos son mujeres, lo que demostraría que existen factores de género (educación, fertilidad, barreras de acceso al mercado, carga doméstica de la mujer). Esto es, en el 2012 había 1’257,235 jóvenes peruanos NINI.
 

En el Perú, solo el 77% de los adolescentes entre los 12 y 17 años asiste al colegio. En las zonas rurales sólo el 67%. En Huánuco y Cajamarca el 62%, mientras que en Loreto sólo el 58%. Más aún, el 37% de los que asisten están atrasados, en grados inferiores al que les corresponde. Según estudios, las adolescentes en pobreza tienden a faltar entre 3 y 5 días al mes cuando están menstruando, por falta de acceso a toallas higiénicas y baños en sus colegios. Lo que se traduce en un promedio de 40 días al año perdidos por falta de infraestructura básica. Analizando estas cifras uno entiende la desigualdad de género que existe en el acceso al mercado laboral.

Para lograr reducir el número de NINIs se necesita implementar políticas que busquen evitar la deserción escolar, reinsertar a los desertores prematuros, desarrollar programas que faciliten la transición hacia el mercado laboral e incentivos para que las mujeres puedan continuar con su educación e insertarse en el mercado laboral, reduciendo la carga doméstica que tienen. Ello incluye acceso a servicios de salud reproductiva, servicios de guardería, beneficios laborales, y métodos de transporte asequibles.

Diversos estudios han demostrado que el Perú no tiene capital humano para sustentar un mayor crecimiento económico. Necesitamos a los niños y adolescentes en los colegios, recibiendo educación. No en sus casas porque no tienen toallas higiénicas ni baños, ni tampoco en los hospitales dando a luz. Los necesitamos en el mercado laboral impulsando el crecimiento económico.

En las elecciones presidenciales del 2011, Pedro Pablo Kuczynski captó el voto de este sector poblacional. Sería interesante que los candidatos empiecen ya a presentar sus propuestas de gobierno orientadas a expandir los beneficios del desarrollo hacia los jóvenes. Y sobre todo a escucharlos, para conocer sus expectativas y cuáles son las barreras que enfrentan en los sectores donde se desarrollan, para así poder representarlos mejor.

Por: María Cecilia Villegas

 
María Cecilia Villegas
22 de octubre del 2015

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