Juan Carlos Valdivia

¿Y cómo lo hacen?

¿Y cómo lo hacen?
Juan Carlos Valdivia
15 de junio del 2015

Denuncias se acumulan contra los Humala.

Que bien vive esa señora

Sin trabajar se mantienen

Y visten bien a la moda

Cada semana, ante cada nueva denuncia, siempre hay una nueva versión. No importa que esta contradiga lo que se ha afirmado unos días antes para justificar la revelación anterior. Lo cierto es que nadie puede explicar cual el origen de los fondos que permiten solventar el alto nivel de vida de los Humala Heredia.

Gastos por miles de dólares en tarjetas de crédito, remodelaciones en su casa por una cifra reconocida de ciento cincuenta mil soles, compras de alfombras por catorce mil dólares. A eso hay que sumar los gastos usuales como la educación de sus hijos, los sueldos de las personas que trabajan en la casa al cuidado de los niños, la alimentación de todos ellos, etc.

Para justificar todo esto se habla del sueldo del presidente, el que la señora Heredia recibe del partido nacionalista y los ahorros de ambos. Pero la semana pasada, el abogado de la señora Heredia afirmó que el presidente tiene una cuenta en Francia, que nunca habría sido tocada, con los ahorros producto de su destaque al extranjero cuando era militar en actividad. Ayer nos enteramos de otra cuenta, a nombre de la señora Heredia, en la que se depositaría el sueldos del presidente, y que tampoco tiene actividad. Es decir, ni los ahorros en Francia, ni el sueldo del presidente, sirven para los gastos de la familia Humala Heredia. ¿Y cómo lo hacen? ¿Cuál es el negocio?

Todo es sospechoso en los movimientos financieros de la familia Humala Heredia. Ayer apareció también registro de un depósito por veinte mil dólares en una cuenta de fondos mutuos que sería propiedad de la amiga Rocío Calderón y de la señora Heredia. También nos enteramos que la señora Heredia está regularizando el pago de impuesto por el internamiento al país de productos suntuarios, que en su momento no pagaron impuestos y que, según dijo, eran encargos de su amiga Rocío para su novio. La esposa del presidente de la República, se hacía tiempo en los viajes oficiales para comprar camisas y chalinas para el novio de su amiga. Y ahora resulta que este señor era un funcionario de la constructora brasileña Camargo Correa, encargado –según versiones de la prensa brasileña- de realizar pagos ilegales a funcionarios públicos peruanos.

La señora Heredia recibe plata en cuentas de familiares, usa una tarjeta de crédito de su amiga, tiene miles de soles y de dólares en cuentas que no mueve, hace supuestas consultorías que no se han podido acreditar que existan. Para justificar cada denuncia, da una nueva versión. Por ejemplo, al justificar el uso de la tarjeta de la amiga, terminó envuelta en un lío tributario, que resuelve regularizando, ante una solícita administración tributaria. Una mentira tapa a la otra. Y en el camino va envolviendo parientes, amigos, funcionarios públicos, y a sus disciplinados congresistas y ministros, que tienen que salir a dar explicaciones que ni ellos mismos creen.

Y los peruanos nos preguntamos, como en la canción de Frankie Ruiz, ¿Y cómo lo hace? ¿Cuál es el negocio?

 

Por Juan Carlos Valdivia

15 – Jun – 2015

Juan Carlos Valdivia
15 de junio del 2015

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