Iván Arenas

¿Volverá la política?

¿Volverá la política?
Iván Arenas
24 de diciembre del 2014

Reflexiones sobre el quehacer político en el año nuevo que se aproxima           

Si de algo hemos sido testigos es que el gobierno de Ollanta Humala tiende a la reacción antes que a la acción. La aprobación del Régimen Laboral Juvenil estuvo marcada por una furibunda respuesta desde la juventud. Siendo primer ministro, en 1946, don Rafael Belaúnde dijo “las masas se combaten con las masas” y eso es algo que a los asesores del gobierno les cuesta trabajo aprendérselo. Y el tenor de la reacción, como en un sainete, es observar jóvenes del otro bando, el gobiernista, defendiendo la ley. Aunque tardía la respuesta, la política en democracia sirve para confrontar ideas.

En términos prácticos no importa si la ley es buena o mala, de lo que se trata es que la discusión política da tanteos, paso a paso, para acercarse, más y mejor, desde el gobierno a la oposición, olvidando -al parecer- las cortinas de humo que los Humala utilizaban de manera descarada como estrategia política perfecta para soslayar los gruesos casos de corrupción e ineficiencia. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de hacer política.

El 2015 asoma entonces como la vuelta de la política y la discusión. Si de algo no podemos quejarnos es que malos jugadores no hay: García, PPK y Keiko parecen fijos, tanto como que Urresti pretenda ser el portavoz electoral del gobierno. Desde la izquierda, la recomposición de fuerzas parece que vendrá de provincias y no de Lima, donde Villarán la dejó fuera de toda pretensión por su deficiente gestión al frente de la comuna limeña. Eso implica que vendrá un ventarrón contra el modelo y el gobierno, activando el cansado discurso ambiental que, dicho sea, no aprovechó la COP 20 como ventana al mundo. Esa izquierda provinciana reclamará un lugar en la recomposición de fuerzas para las elecciones del 2016 como siempre lo ha hecho; utilizando  el paro y la protesta. Toca mirar si el gobierno y sus defensores actúan haciendo política o simplemente anulan las protestas -como quiso hacerlo el Ministro del Interior Daniel Urresti con los jóvenes- utilizando al “Grupo Terna” como una suerte de Gestapo personal.

Aunque las cosas en el 2014 no le hayan ido muy bien al gobierno, hemos aprendido que la democracia republicana moderna, tal como la conocemos por obra y gracias de los Padres Fundadores americanos, es imperfecta, siendo casi siempre ensayo y error. Sus aguas a veces traen aventureros sin la mayor pretensión que el poder por el poder. En un sistema democrático sólido, con partidos, representativo al fin, Humala habría tenido que dimitir ante los gruesos casos de corrupción y colaboración para delinquir desde Palacio de Gobierno. El camino es largo y difícil.

Es justo que la política y la discusión entren por la puerta grande. Charles de Gaulle, que algo sabía de política, reclamaba para Francia que los partidos reduzcan el debate a la “petit politiqué” o la “pequeña política”. Como un advenimiento de lo que pasará en los próximos meses, García, a propósito de la Ley Laboral Juvenil, les ha ganado el debate a PPK, Keiko y el Gobierno, haciendo solo política. De la discusión nace la luz, decían los griegos. Esperemos ver grandes y encendidos debates y no arrabaleros ensayos de cortinas de humo.

Por Iván Arenas
24 - dic - 2014

 

Iván Arenas
24 de diciembre del 2014

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