Violencia adolescente

Perú es el país latinoamericano con más denuncias por violencia sexual

A nivel mundial, cada año dos millones de niñas entre diez y catorce años dan a luz. En el caso peruano, cada día quince niñas de entre once y quince años se convierten en madres. Solo en el 2015, más de 1,500 niñas de entre once y catorce años tuvieron un hijo, y 3,950 de quince años también lo tuvieron. En el 71% de los casos, las parejas de las niñas madres son hombres mayores de 18 años.

La evidencia demuestra que el retraso del primer embarazo está asociado con una mejora en la salud de las mujeres, disminución de la mortalidad materna e infantil, y más años de escolaridad y educación de las mujeres, así como con oportunidades laborales y mejoras en la educación, nutrición y salud de sus hijos. Además existe correlación entre la reducción de la fertilidad y la mejora de las condiciones socioeconómicas de la familia. Para reducir la pobreza se necesita que las mujeres, y sobre todo las adolescentes, tengan la posibilidad de controlar su fertilidad.

Seis de cada diez niñas peruanas no terminan el colegio. En la mayoría de los casos como resultado de un embarazo temprano. Ello limita su acceso a la educación, a un trabajo formal y sus posibilidades de escapar de la pobreza. Es además un problema de salud pública, ya que una adolescente no está físicamente preparada para enfrentar el embarazo y parto. Por ello la mortalidad materna en adolescentes es mucho más alta que en cualquier otro grupo etario. Solo en el 2015 más de 29,000 niñas dejaron el colegio. El embarazo adolescente viene en aumento desde el año 2000. La tasa de embarazo adolescente actual es de 14.6%. Y sin embargo, solo el 32% de las adolescentes sexualmente activas (y por su voluntad) usa algún tipo de método anticonceptivo.

Cada año se denuncian en el Perú 15,000 violaciones sexuales. El 75% de las víctimas son menores de edad y el 42% fueron violadas en su propia casa. De acuerdo con la ENDES 2013, en el 48% de casos de violación, las víctimas no denuncian al violador por miedo, vergüenza o sentimiento de culpa, lo que impide visibilizar la magnitud del problema y que las víctimas accedan a la justicia.  El 90% de delitos contra la libertad sexual quedan impunes.

En los primeros días de diciembre una niña de once años murió tras someterse a un aborto en Chiclayo. Había sido realizado en condiciones insalubres y a los seis meses de embarazo. La niña era huérfana y vivía con sus tíos. Marcio André Núñez Criollo, su primo está acusado de haber abusado de ella y de haberla obligado a abortar. En su defensa el abogado del acusado sostuvo que: “ella podría haber tenido la edad de diez años, pero su físico era desarrollado".

Hace unos días una adolescente de catorce años fue violada por diez sujetos que la interceptaron cuando regresaba a su casa después de jugar vóley en Callanayacu, San Martín. Uno de sus familiares la encontró inconsciente en el bosque. En septiembre una menor de quince años murió de una infección generalizada, producto de haber sido violada por seis sujetos en una fiesta. 

El Perú ostenta el primer lugar en denuncias por violencia sexual de Latinoamérica y el tercer lugar a nivel mundial, después de Bangladesh y Etiopía. Uno de los principales problemas en la lucha contra la violencia es la lenidad con la que se trata. Se cree equivocadamente que esta pertenece al ámbito privado, y se justifica sosteniendo que la mujer es la responsable porque lo buscó o porque lo permite. El 32% de limeños cree que las mujeres son violadas porque provocaron al hombre. ¿Y si una de estas niñas fuera tu hija o tu sobrina, harías algo? En algún momento tenemos que indignarnos.

María Cecilia Villegas