Marco Sipán

Verónika y las elecciones

Verónika y las elecciones
Marco Sipán
04 de mayo del 2016

La dinámica y discurso político del Frente Amplio.

La traición de Ollanta prefiguraba un vacío político en la representación política de los sectores populares. Junto a ello, el retroceso del discurso hegemónico neoliberal, ha obligado a iniciar un proceso de reconfiguración del propio discurso. Todas las salidas para la crisis económica, propuestas por las fuerzas del establishment, son las mismas que este gobierno ya ha tomado y no han producido ningún cambio significativo en el bolsillo de los peruanos, esto hace que la gente comience a cuestionar el modelo económico y su sentido político.

Esto lo ha canalizado Keiko (con un sentido autoritario-clientelista) y Verónika (con un sentido progresista-participativo), cada una de ellas con diferentes propuestas pero con demandas mucho más allá a aspectos económicos. La resistencia a esta reconfiguración se sostiene en la representación política de PPK (con un sentido más tecnicista-de derecha).

La unificación de las izquierdas ha tenido como actor principal a Verónika que ha logrado articular demandas y actores más allá de sus fronteras. Además, el grupo humano que ha asumido la responsabilidad de comandar la campaña nacional ha demostrado que con escasos recursos financieros se puede tener enormes éxitos políticos. Su organización fue estructurada por espacios: uno institucional que es el Frente Amplio; o técnico-intelectual progresista, los movimientos sociales, los comités de campaña (regionales, provinciales y distritales) y las organizaciones políticas de las izquierdas.

El gran acierto de Verónika es haber participado, luego tener la capacidad de visualizar oportunidades que aparecieron en campaña. Se arriesgó a  ir por el electorado del Sur y posicionarse de manera contundente. Y evolucionó su performance para sintonizar mejor con la población de esa zona.

La disputa ideológica se ha ejercido a través de propagandización del programa en los medios y la comunicación que ella ha tenido con la población. Como por ejemplo: con la población del Sur, que como electorado anti-establishment, prefirió a ella antes que a otras candidaturas, por su clara posición anti-centralista, falta entender ese fenómeno de la política del sur. Pero existe mucho contenido ideológico en esa votación a parte del malestar por la ineficacia del aparato estatal.

La dinámica del Fujimorismo en la campaña es muy fluida, el asistencialismo-clientelismo le han dado como resultado más de 70 congresistas, mayoría absoluta en el parlamento. Frente a ello, una coalición de organizaciones, en especial juveniles, a través de un proceso de acción colectiva antifujimorista “Keiko no va”, tiende a construir un nuevo horizonte de sentido más democrático. Que hay que entenderlo junto a las nuevas formas de agitación política en los medios y redes sociales, que son efectivas, casi sin costo y de rápida respuesta.

Sobre el liderazgo de Verónika, a nivel de discurso político, se ha notado que los contenidos más resaltantes fueron: Lo de “feminista” a través de la consigna Vero Valiente, Lo de “izquierda” por su opción política, el programa y los sectores sociales que representa y lo “andino-provinciano”, a través de propagandizar sus orígenes andinos y los símbolos como: la vestimenta; así fue como su imagen quedó establecida. Es importante examinar esto, porque es una candidatura que en algo más de un mes, pudo generar pánico en la derecha y los grupos de poder económicos.

Por: Marco Sipán

 

Marco Sipán
04 de mayo del 2016

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