Venezuela: batalla final recién empieza

¿Qué ocurrirá ahora, tras la victoria de la oposición en las legislativas?

La situación en Venezuela es la siguiente: la economía se contraerá este año en un 10% y ya hay una inflación de 200%. Pero el mal no es terminal. La de Venezuela es una agonía interminable porque el país no se va a quedar sin divisas. El 96% de las mismas viene de la exportación de petróleo y, mientras la economía global se lo compre, la economía nunca tocará fondo. Hay control de divisas con tres tasas de cambio distintas (mientras en la calle el dólar vale 145 veces más). Pero siempre se puede estar peor.

La nueva situación política no es muy distinta. También augura una lenta agonía del chavismo, luego de 17 años en el poder.

En las elecciones legislativas del domingo, la oposición ganó 99 escaños de un total de 167. El chavismo tiene 46. Quedaron 22 por ser adjudicados. Hoy, se anuncia ya que la oposición ha alcanzado la mayoría de tres quintos: 110 diputados contra 55 para el oficialismo. La oposición dice haber alcanzado 112, la mayoría de dos tercios.  

El nuevo Congreso se instala el 5 de enero. La oposición ya anuncia que en esa misma fecha promulgará una amnistía para liberar a todos los presos políticos: Leopoldo López, el esposo de Lilian Tintori,  el alcalde de Caracas y un sinnúmero de estudiantes. La oposición puede hacer todo eso y más. Para ello le basta con la mayoría simple del Congreso, que tiene asegurada. Más allá de eso, algo más depende de la mayoría calificada de tres quintos, que también tiene.

Pero de la mayoría de dos tercios depende la posibilidad de ingresar de lleno al conflicto entre el Legislativo en manos de la oposición y el Ejecutivo en manos del chavismo, hasta el final del período de gobierno de Maduro, hasta el 2019.

La oposición tiene asegurada la mayoría calificada de tres quintos, pero la madre de todas las batallas será por alcanzar, curul a curul, voto a voto, la mayoría calificada de dos tercios.

En lo inmediato, la Asamblea Nacional chavista (con mayoría simple) sigue en funciones hasta el 15 de diciembre. Pero el presidente tiene poderes especiales vigentes hasta el 31 de diciembre y, al menos en teoría, la Asamblea podría habilitarlo antes de cerrar la legislatura para gobernar un año más por decretos.

Fuera de eso, todo lo que apruebe el nuevo Congreso controlado por la oposición, desde el 5 de enero, con toda seguridad va a ser  sistemáticamente observado por el Ejecutivo (con veto) o declarado inconstitucional por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). El TSJ está en manos del gobierno chavista. En los últimos nueve años jamás ha fallado en su contra.

Con la mayoría de dos tercios (111 diputados) la oposición puede vencer al TSJ. Estaría en condiciones de remover a las cabezas no solo del TSJ sino de los demás poderes del Estado, incluido el presidente Maduro (y, de paso, modificar el régimen de moneda extranjera). Y le falta un voto para eso. Si no lo consigue hoy, podrá reclutarlo en el camino

Ante ello, al gobierno chavista solo le quedaría generar el bloqueo total de la gobernabilidad en Venezuela en la esperanza de culpar a la oposición por la parálisis sobreviviente del país, en busca de un pretexto para el autogolpe. Los chavistas se juegan la vida en esto. No se van a ir por las buenas. Se comprende entonces por qué la de la mayoría de dos tercios es la madre de todas las batallas. Los que por adelantado celebran el fin del chavismo, favor de tomar asiento. Recién comienza la verdadera batalla.

Por: Jorge Morelli (@jorgemorelli1)