Martin Santivañez

Ushanan Jampi o “chapa tu choro”

Ushanan Jampi o “chapa tu choro”
Martin Santivañez
04 de septiembre del 2015

Sobre la inseguridad ciudadana, pan nuestro de cada día

Nadie, absolutamente nadie, ha logrado recrear la ficción jurídica de una corte popular andina, con sus abismos y contradicciones, como Enrique López Albújar, el gran escritor peruano que nos legó obras tan hermosas como "Cuentos Andinos" y "Matalaché". Sin embargo, la cumbre literaria alcanzada por la pluma de López Albújar, hoy, en nuestro país, ha sido superada por la realidad. Basta con contemplar las imágenes de los noticieros peruanos para comprobar cómo la inseguridad se ha transformado en una realidad desesperante para todo el país. Las percepciones del gobierno, que caminan en la dirección contraria, representan al país formal. Pero la inseguridad, la delincuencia, el pan nuestro de cada días, eso es el país real.

En un contexto de miseria y anarquía, ante la inmovilidad de las fuerzas del orden y de los operadores jurídicos, sectores del pueblo toman la justicia por su mano. Y asesinan o castigan a los delincuentes como en los cuentos de López Albújar. La extensión del fenómeno de la justicia paralela, ante la ineficacia de un Estado incapaz de proveer seguridad y paz a los ciudadanos, es un grave problema al que nos enfrentamos como sociedad. Cuando la violencia se desborda, las Constituciones se tornan en meras de hojas de papel -como decía Ferdinand de Lasalle- y más aún si reman contra los poderes fácticos. Eso es lo que está sucediendo en un país en el que triunfa una campaña como “chapa tu choro”.

La ausencia del Estado peruano en las zonas más sensibles y la ineficacia en la respuesta jurídica se debe, entre muchas razones, a los problemas internos que atraviesa el humalismo. Ante un gobierno humalista que está más preocupado en salvar a Nadine Heredia que en protegernos de los delincuentes, “chapa tu choro” no tardará en propagarse. La incapacidad del Estado, el vacío de poder genera estos entornos dónde emergen actores dispuestos a romper el equilibrio entre la violencia y el orden.

La inseguridad tiene que ser combatida con las armas legítimas del Estado de Derecho. Linchar a un delincuente nos conduce a la selva. Si permitimos que se propague el ejemplo anárquico muy pronto el Perú será ingobernable. Así, sometido por la anarquía, el Derecho perecerá a manos de una muchedumbre. Ese fue el destino de Cunce Maille, el antihéroe de López Albújar, que sucumbió en una ficción al “juicio” implacable de los comuneros. Hoy, en todo el Perú, el orden jurídico es violentado por la incapacidad de un Estado que no atina a implementar. La cruda y perversa realidad supera a nuestro Estado. Estamos ante un gobierno incapaz que ha entregado el poder a una peligrosa justicia popular.

Por: Martín Santiváñez Vivanco

Martin Santivañez
04 de septiembre del 2015

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