Uno o varios frentes

Reflexiones en torno al debate abierto sobre frentes políticos de cara al 2016

En medio de la excesiva fragmentación y disgregación política -uno de los males del país-, de la ausencia de partidos políticos nacionales, del problema del financiamiento que crea incentivos perversos para la presencia del crimen en los movimientos y luego en el Estado; del voto preferencial y obligatorio, del sistema de elección por distritos plurinominales que envilece la representación, de la fácil captura de la administración pública en provincias y regiones por advenedizos-en el mejor de los casos- cuando no por delincuentes, etc, resulta una buena noticia que partidos como el APRA y el PPC dejen abierta la posibilidad de constituir un frente con miras al proceso electoral del 2016.

Es más, habría que hacer votos para que otros movimientos inscritos o por inscribirse sigan el ejemplo.

¿Acaso no son más similitudes que diferencias las que llevan a cualquier elector a pensar que el PPC, el APRA, el partido Orden de Antero Flores Araoz, el movimiento del ex premier Oscar Valdez y el partido Perú Más que lidera PPK ocupan hoy el mismo espacio político?

¿Qué puede diferenciar al fujimorismo agrupado en Fuerza Popular con Solidaridad Nacional de Lucho Castañeda?. Detalles que seguramente pueden ser salvados.

Acaso un candidato de centro o centro izquierda no podría cobijar bajo su manto al nacionalismo hoy gobernante (que seguramente podría llevar gustoso a Nadine Heredia como cabeza de lista parlamentaria, y gracias al gentil auspicio de Mario Vargas Llosa) y a sus aliados de Perú Posible (salvo que alguien se le ocurra la barbaridad de Toledo candidato, Ecoteva incluido), Acción Popular, Somos Perú, lo que queda de la izquierda villarianista caviar y algo más por ahí.

Así como que sería totalmente factible que la izquierda más radical, anti inversión o ecologista radical que lidera el ex cura Marco Arana, junto a Patria Roja y algunos líderes regionales apuntalen esa opción.

Espacio para los frentes hay, también necesidad de los mismos. Es más, tremendo favor le harían al electorado al reducir las opciones a 4 o 5 (en el peor de los casos) en lugar de 15.

Pero he aquí lo relevante. Sean los frentes que sean, lo que el país espera no son solo contratos a plazo fijo pensando en ganar una elección presidencial o asegurar una cantidad de curules. Sino la creación de sectores políticos comprometidos con llevar a cabo reformas puntuales de gestión gubernativa. Acuerdos políticos en el más amplio sentido de la palabra, con obligaciones transparentes y absolutamente explícitas frente al país.

Si los frentes van a seguir siendo locomotoras para abaratar el financiamiento de campañas, tapar cochinaditas específicas, es decir, huevear a la gente con el único ánimo de ganar como sea para que una vez en el Gobierno esa alianza estalle en mil pedazos, honestamente, amigos pro frentes, mejor quédense así no más, que seguramente, otra vez, votaremos por el mal menor.

Por Mario Saldaña C. 
16 - oct - 2014