María Cecilia Villegas

Unión Civil: ¿Y a ti qué?

Unión Civil: ¿Y a ti qué?
María Cecilia Villegas
05 de marzo del 2015

Congreso tiene la oportunidad de reconocer derechos civiles de un sector de la población.         

Si para algo nos sirve revisar la historia es para entender que las sociedades evolucionan. Así, lo que en determinado tiempo y en determinada sociedad era aceptado, el paso del tiempo y el avance de las ideas pueden volverlo inadmisible. Durante cientos de años las sociedades justificaron la esclavitud, la colonización, y la condición de la mujer como sujeto de propiedad.

La homosexualidad es considerada un delito y castigada con pena privativa de la libertad en más de 80 países del mundo. En Uganda se aprobó una ley hace unos meses que declara ilegal la homosexualidad y contempla cadena perpetua en casos de "homosexualidad agravada". Toda propaganda homosexual, e incluso la discusión pública de los derechos para los homosexuales, será penada. El Estado Islámico, castiga la homosexualidad arrojando al vacío a los homosexuales, vendados y atados a una silla. Y uno pensaría que esto no es más que parte de la historia, del medioevo. Pero no, ocurre en pleno siglo XXI y de pronto uno se da cuenta que quienes tienen los ojos vendados son aquellos que consideran que la homosexualidad es una enfermedad, un delito, que puede curarse o que debe castigarse. 

Los países latinoamericanos están lejos de ser Uganda, India, o el territorio controlado por el Estado Islámico. México, Uruguay y Argentina ya legalizaron el matrimonio gay. Y hasta el conservador Chile acaba de aprobar en enero una ley que regula la unión civil de parejas homosexuales.  Sin embargo en el Perú seguimos discutiendo la unión civil con argumentos dogmáticos. Y los congresistas olvidan que pese a que los partidos insisten en llevar pastores evangélicos en sus listas para ganar el voto disciplinado de los evangélicos, ¡el Perú es un Estado laico! El Estado no puede disponer mayores derechos civiles para unos y menos para otros. El Estado tiene la obligación de reconocer que todos los ciudadanos son iguales ante la ley y por ello debe reconocerles sus derechos y brindarles protección sin importar su orientación sexual. Y ello, sin importar la opinión de la Iglesia. 

El Estado no puede intervenir en la vida privada de las personas, ni decirle a un ciudadano a quién debe amar ni cómo. En el Perú existen ciudadanos gay que han formado familias, que tienen parejas estables y son padres. Esas familias y esos niños tienen los mismos derechos que cualquier otra familia y que cualquier otro niño. ¿Por qué se les está privando de ser reconocidos? La ley de la unión civil busca reconocer una realidad y otorgarles derechos patrimoniales a quienes, en la práctica, son una familia igual que cualquier otra. La libertad consiste en que todos los ciudadanos tengan acceso a los mismos derechos y oportunidades, ejercerlos o no es parte de la libertad individual. 

Quienes sostienen que la unión civil pretende irrogar derechos que la Constitución otorga solo a los heterosexuales, olvida que el principio de la Constitución es la igualdad ante la ley. Pero más allá, ¿cuál es el problema de que el Estado proteja la unión civil? ¿A quién afecta que dos personas del mismo sexo formalicen su unión? ¿A ti? ¿Cómo así? 

Un país donde sigan existiendo categorías distintas de ciudadanos es inviable. El Congreso tiene la oportunidad de reconocer los derechos civiles de un porcentaje de la población. Sería bueno, que recuerden que la Constitución, la ley -y Dios-, nos hacen a todos iguales. 

Por Ana Luisa Guerrero
05 - Mar - 2015

 

María Cecilia Villegas
05 de marzo del 2015

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