Una buena recaudación para crecer más

En la recaudación tributaria hay dos aspectos relevantes que se deben analizar de manera urgente. Por un lado, se requiere tomar acciones a fin de incrementar el número de personas que paguen de manera regular sus impuestos. Y para ello, la forma de recaudación debe ser mucho más eficiente y el trabajador debe sentir los beneficios de pagar sus impuestos.

El otro aspecto relevante es ¿bajar impuestos o subir impuestos? Este Gobierno —que sigue siendo el Gobierno elegido en el 2016, el de PPK— ha optado por alternativas bastante opuestas entre sí, pensando, en el primer caso, que la reducción de la tasa impositiva podría alentar la recaudación, como si la elasticidad del pago de impuestos fuese positiva. Mientras que en el segundo caso, se partió de “castigar el consumo de los productos nocivos para la salud” y que el impacto directo del aumento del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) se absorbería de una sola vez en precios y no generaría inflación.

No obstante, es esta suma de medidas contradictorias entre sí la que termina por generar impactos desalentadores en los empresarios y consumidores. Sin un liderazgo claro, los agentes económicos no tienen claridad sobre las políticas a mediano plazo y cómo reaccionar frente a ellas para armar sus negocios de los siguientes años.

Hace falta que la SUNAT cuente con un plan de reducción de la informalidad tributaria y que realice acciones de fiscalización sumamente potentes y ordenadas para lograr que tributen los centros médicos, las veterinarias, los salones de belleza y los profesionales independientes. Eso supone una reingeniería absoluta de la SUNAT, gestionar la eficiente administración de los recursos y lograr recaudar más y ser menos costosos internamente: hacerse una liposucción, de cara a ser más ligeros y quitar toda la grasa sobrante.

Y además se requiere mano dura para desterrar a los funcionarios corruptos, que hoy en la SUNAT siguen creyendo que la mejor forma de aumentar la recaudación es seguir quedándose con los aportes indebidos de los empleadores que, por error, depositan el del afiliado en la AFP, creyendo que se encuentra en la ONP. Son 25 años de esta práctica inaceptable, y vamos a levantar nuestra voz alta y firme para que nos escuchen. El rol de la SUNAT es servir al país y no servirse del dinero de miles de afiliados a las AFP, cuyo dinero les fue aportado por error a la ONP y hoy les tiene que ser devuelto.

Esta es la señal más clara que el Estado puede dar a la ciudadanía de que es respetuosa de cada uno de los trabajadores y que hace su trabajo de manera eficiente y con responsabilidad. No esperamos menos que eso.