UN ELEFANTE BLANCO EN AYACUCHO

El olvidado proyecto humalista de gas de Luricocha

El 14 de septiembre de 2013 nació un elefante blanco en el distrito de Luricocha (Ayacucho), cuando el ex presidente Humala firmó cuatro acuerdos con Walter Oscorima, ex gobernador regional sentenciado por lavado de activos. Los convenios tenían como objetivo la masificación del gas natural en la sierra central y sur andina, proyecto que se iba a realizar en tres etapas: primero, el transporte de gas por ducto; segundo, el abastecimiento de gas comprimido a través del sistema de gas virtual; tercero, la distribución de redes de ductos para el consumo del parque automotor y domiciliario.

La primera etapa estuvo a cargo de Transportadora de Gas del Perú (TGP), que construyó un ducto desde la válvula del sistema de gas en Toccto hasta un City Gate en la comunidad campesina de Uchuypampa. Durante la construcción del gaseoducto hubo una serie de conflictos entre la empresa y las comunidades que se resolvieron al margen de la mediación del Estado, como si fuese un proyecto privado y no de interés nacional.

La segunda etapa, consiste en la construcción de un sistema de abastecimiento de gas natural, utilizando la tecnología del gas natural comprimido (GNC), para llevarlo a diez ciudades de la sierra central y sur del país. Este sistema contempla la siguiente infraestructura: a) Estación de Compresión de la localidad de Uchuypampa (Huamanga), b) Sistema de transporte y almacenamiento de GNC a través de camiones cisternas, c) Estaciones de servicio de GNV en diez ciudades altoandinas (Abancay, Andahuaylas, Huamanga, Huanta, Huancavelica, Huancayo, Jauja, Cusco, Juliaca y Puno).

Sin embargo, esta etapa está detenida porque la empresa Graña y Montero no cumplió con los contratos y los plazos establecidos, como lo afirma el Ministerio de Energía y Minas. No obstante, la empresa, señala que incumplió el contrato debido a la negativa de varios municipios de otorgarles permisos y otros trámites administrativos. Ahora la situación se complica debido a la investigación judicial a la que está sometida la empresa por su sociedad con Odebrecht.

El ministro Tamayo anunció que se distribuirá gas natural a todo el sur del Perú; incluso visitó la planta de gas natural Fenosa —en Cerro Colorado, Arequipa—, en la que anunció que pronto llegará en camiones gas, desde Melchorita, para ser distribuido a todo el sur del Perú. Pero parece que PPK y el ministro Tamayo —involucrado en la investigación a las empresas brasileñas— se han olvidado del proyecto de gas virtual de Ayacucho, que está abandonado y se ha convertido en un elefante blanco, pese a que PPK en su campaña electoral prometió construir un parque industrial en la región.

Por otro lado, están las exigencias de las organizaciones sociales cusqueñas que demandan la renegociación del contrato de Camisea, una licitación transparente del Gaseoducto Sur Peruano, y la construcción de la planta de petroquímica y de la planta de fraccionamiento de gas licuado de petróleo en Kepashiato (La Convención). También exigen la carretera asfaltada Echarati-San Francisco, todos estos proyectos están vinculados al gas y el gobierno cree que estas reivindicaciones se resolverán a través de los decretos legislativos.

Es decir, la frivolidad y la falta de sentido político para no entender que estamos ante una gran estampida social que barrerá con el sistema democrático que mantiene desigualdades económicas y sociales inaceptables. Más aún, la percepción de que toda la clase política es corrupta e inútil es abrumadora, y le hace mucho daño al sistema democrático.

Por Tino Santander Joo