Martin Santivañez

Técnica para la consolidación de un partido político

Técnica para la consolidación de un partido político
Martin Santivañez
17 de junio del 2016

El poder que no se ejerce se pierde. El poder que se ejerce mal se desgasta. El poder que se ejerce a destiempo se desvanece. El poder que no se consolida tiende a disiparse. El poder que no se institucionaliza se transforma en cesarismo. El cesarismo socava la democracia y pone en riesgo la continuidad de un proyecto nacional. Los principios, por tanto, tienen que consolidarse en una entidad partidista si aspiran a mantener el poder de forma permanente, por encima del personalismo de los líderes. Si quieres dejar una huella positiva en la historia, funda un partido político. Si lo que quieres es ser ambivalente sobre tu legado, abraza el caudillismo.

Fuerza Popular es el movimiento político más grande del Perú. Y también el que tiene más arraigo en las clases populares. Estas dos características marcan la estrategia de cualquier partido. Dimensión y penetración. No es lo mismo ser un sóviet ideologizado que aspira a construir una utopía revolucionaria lejana e inasible (el Frente Amplio) que partir de un movimiento bien  posicionado a nivel nacional y con el respaldo creciente de las masas populares. La adhesión de la mayoría se logra por una serie de factores exógenos y endógenos. Los exógenos son de difícil control, más en un país tan complejo como este. Los endógenos sí están en las manos del partido. El establecimiento paulatino de una red nacional de locales, la adhesión de nuevos militantes, la división de la militancia en grupos concretos (juventudes, profesionales por rubro, etc.), la multiplicación de comités de propaganda y formación, el establecimiento de un think tank que fortalezca la difusión de los principios del centro pragmático, etc. La técnica para consolidar un partido político, la gerencia de los partidos es un extremo muy poco desarrollado en el Perú y todos los que claman por el supuesto “shock institucional” en la realidad carecen de las competencias básicas para gerenciar una unidad de negocio. El que no sabe gerenciar es incapaz de multiplicar los recursos escasos y si hay algo escaso y volátil en el Perú es la confianza depositada en una agrupación política.

El proceso de institucionalización está ligado a la fortaleza de la voluntad formalizadora y esto se circunscribe, en última instancia, al liderazgo político. Fuerza Popular tiene un activo a favor: la firme voluntad de Keiko Fujimori de legar al país algo que perdure por encima de los sectarismos y las divisiones de nuestra historia. Keiko quiere un partido político. Los demócratas piensan de esta manera, los autoritarios, no. Como toda larga marcha hacia adelante, construir un partido forma parte de un decisionismo muy concreto, es una estrategia de poder institucional. Fuerza Popular tiene que mantener las condiciones y generar los escenarios para implantar un esquema de expansión y consolidación nacional. Lo que no está organizado, se pierde. El poder sin forma, el poder que no está formalizado en una estructura de alta performance, con principios claros y cuadros educados de manera permanente, termina sucumbiendo frente a la realidad.

Martin Santivañez
17 de junio del 2016

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