¿Tan sólo mala suerte?

Hubo malas decisiones y mucha mala gestión

Argumentando, que tienes mala suerte
vas contándole a la gente, la razón de tu fracaso
Pero la gente, que es tan cruel y despiadada
y que no le importa nada, se ríe de tu mal paso

(Mal paso, vals peruano)

El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, en su balance anual, nos envía el mensaje de que el próximo año será mejor que el presente, porque la economía ya habrá descontado los efectos del fenómeno de El Niño y la corrupción brasileña. “Contratiempos imprevistos” y “acontecimientos tan graves fuera de nuestro control inmediato” nos ha dicho que fueron subestimados, por lo que pide disculpas. “Argumentando, que tienes mala suerte” como dice el vals.

Pero si efectivamente hubo algo de mala fortuna, lo cierto es que ambos fenómenos eran previsibles. En el caso del fenómeno de El Niño, el Gobierno anterior incluso dispuso de un enorme presupuesto para tal efecto, que fue usado en otros proyectos al suponer que los riesgos habían pasado. En el caso de la corrupción brasileña, se tenía noticias del avance de los procesos de delación, lo cual hacía previsible la situación de riesgo de las inversiones en el Perú. Ninguna entidad financiera opera con acusados de corrupción. Eso hacía altamente probable la situación en la que terminaron concesiones como el Gasoducto del Sur.

Pero la situación actual no es solo producto del infortunio. Hubo decisiones económicas mal tomadas, que generaron un ajuste fiscal (reconocido por el mismo ministro Zavala), que afectaron al sector construcción por cambios en Mivivienda y que impidieron nuevas inversiones en minería, al postergar la adjudicación de Michiquillay.

El Gobierno requería de algunos cambios, como debió ser —hay consenso absoluto— el caso de la ministra de Salud. Ha pasado un año y los hospitales siguen sin medicinas. La ministra no ha podido resolver siquiera el problema del famoso tomógrafo del Hospital Loayza, que se conociera por los audios del consejero presidencial Carlos Moreno. Y tiene una huelga de médicos que no puede resolver.

No se trató de tan solo mala suerte. Hubo malas decisiones y mucha mala gestión. No se puede gobernar si no se piensa en las necesidades del ciudadano; y en las necesidades de hoy, no solo en las de mañana. Hay ministros que se encuentran alejados de la realidad que viven los ciudadanos, que no aportan ni creatividad ni eficiencia en el gasto. Y también hay ministros que nadie conoce, a pesar de tener un año en el cargo.

Son necesarios cambios en el gabinete. No fue tan solo mala suerte lo que afectó la economía. Y deberían reconocerlo.

 

Juan Carlos Valdivia