Rocío Valverde

Tabú: heces y salud

Mueren 600 peruanos al año por cáncer de colon

Tabú: heces y salud
Rocío Valverde
17 de julio del 2017

Mueren 600 peruanos al año por cáncer de colon

“¿Dónde te fuiste? ¿A por un café? Te he estado esperando hace 15 minutos.”¿Qué ser humano no sentiría vergüenza de decir que han estado en el baño todo ese tiempo? Hace exactamente tres años y medio, debido a un episodio de estrés y al estar expuesta a la inclemencia del clima del País Vasco, por fin me diagnosticaron con el fenómeno de Raynaud. Por fin podía explicar por qué siempre tuve las manos frías y dedos blancos, por qué no podía coger cosas de la congeladora, por qué me dolían tantos las manos y los pies al salir a las seis de la mañana a coger el autobús hacia la universidad, por qué ni los guantes para esquiar me protegían en absoluto.

Tenía que relajarme de manera urgente, así que me apunté a meditación, a correr, a hacer kick boxing, a enseñarle inglés a niños, etc. El genio me pudo y, buscando relajarme de manera instantánea, elevé mis niveles de estrés al máximo. Durante ese invierno mis manos parecían tamalitos rellenos de chancho, y al despertarme me era imposible sentir los dedos. Meditación a meditación todo volvió a la normalidad, o eso creí.

Hace un año de alguna forma me volví a estresar. Si algo aprendí con la meditación es que puedes encontrar en qué parte de tu cuerpo se acumulan los nervios. En mi caso todo iba a mi estómago. Mi cuerpo me lo estaba demostrando de una manera muy agresiva, pero siendo no muy amiga de los médicos y sus reprimendas, pensando que tendría que faltar al trabajo y pedir un día libre para ir a la cita, además del ajetreo de las pruebas que me mandarían, decidí bloquear de mi mente todos los signos y alertas.

Entonces ocurrió lo más temible. Una buena mañana fui al servicio y al hacer de vientre vi mucha sangre y muestras de inflamación. Una vez más mi sistema inmunológico se estaba volviendo contra mí. Lo más prudente hubiera sido ir directamente al médico, pero no lo hice. ¿Cómo le iba a explicar esto a un médico, a un extraño, si ni siquiera había podido decírselo a mi esposo?

Seguí viviendo tratando de no pensar en mi vergonzoso secreto, hasta que un día jueves llegué a la casa más pronto de lo habitual. Encontré a mi esposo con la lagrimilla en los ojos, resultaba que a su padre le iban a hacer una colonoscopia pues en una prueba rutinaria le habían encontrado sangre en las heces y, a su edad y con sus antecedentes, la cosa no tenía buena pinta.

Tuvo que pasar esto para que por fin sacara cita con un médico y confirmara con mi madre los antecedentes familiares que están llenos de pólipos en el estómago y en el intestino. Bendita genética y bendita flora intestinal. El universo quiso que yo, una mujer de 25 años, y mi suegro de 62 años tengamos nuestras pruebas, colonoscopia y sigmoidoscopia flexible, en la misma semana.

La prueba no es dolorosa en absoluto, quizá un poco incómoda pues me inflaron como un globo y me dieron un tripón de embarazada de siete meses en menos de quince minutos. Lo más importante es que con esta prueba pudieron ver que, de momento, no habían capilares rotos, no habían pólipos; es más, todo parecía en un perfecto estado.

Doctor, ¿cuál es el diagnóstico entonces?, le dije mientras estaba en la camilla y comenzando a estresarme al no tener un panorama claro. ¿Se van a saltar los pólipos una generación? ¿No me vas a decir que tengo al cangrejo en el cuerpo? “No, de momento no hay pólipos. Haremos una biopsia, pero yo diría que tienes intestino irritable, reduce los niveles de estrés e intenta comprar yogures probióticos.

El médico me dijo, sin él mismo creérselo por completo, que intentara ver si podía recuperar el balance de la microbiota intestinal a base de yogures. Esto último me volvió a confirmar que somos títeres de nuestra flora intestinal. Controlan las enfermedades inflamatorias, obesidad y quizás tengan que ver con el Parkinson.

Luego de este susto me ruborizo poco si me preguntan por asuntos intestinales. Intentemos normalizar el tema. Seiscientas personas mueren al año en Perú debido al cáncer de colon y debido a nuestro estilo de vida y alimentación esta cifra solamente va a ir en aumento. Y tú, ¿has ido al baño hoy?

 

Rocío Valverde

Rocío Valverde
17 de julio del 2017

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