Mario Saldaña

“Somos sus amigos pero no sabemos nada”

“Somos sus amigos pero no sabemos nada”
Mario Saldaña
13 de noviembre del 2014

Sobre el nerviosismo en las filas del gobierno por el caso Belaúnde Lossio

La presidenta del Consejo de Ministros Ana Jara ha desarrollado in extenso el comunicado emitido 24 horas antes por su partido en torno al caso Belaúnde Lossio (MBL)

Y claro, el argumento de fondo (no explícito por cierto) es que MBL podría ser amigo entrañable de la pareja presidencial; “pata del alma” de varios congresistas y militantes del oficialismo, pero en sus tratos, negocios y relaciones con privados y diversas autoridades, los responsables son él y sus contrapartes.

Una suerte de “somos sus amigos pero no sabemos nada”.

Dos problemas con eso. Uno. Reconocer esa amistad y gran cercanía personal y política con MBL no ha sido producto de la sinceridad de los voceros oficialistas, salvo -y hay que reconocerlo- Daniel Abugattas, quien aceptó que fue él quien lo llevó al partido.

Víctor Isla, por ejemplo, lo admitió tras una pechada pública de MBL, quien declaró que quisiera que aquellos parlamentarios (se refería, entre otros, a Isla y  Josué Gutierrez, ex presidente de la Comisión de Presupuesto) “le nieguen en su cara” que lo conocían y que asistía al Congreso, pues horas atrás habían salido furibundos a criticar al prófugo y a decir que desconocían su existencia.

El lunes último, Gutiérrez, en mi programa de ATV+, no tuvo inconveniente en reiterar que no había tratado a MBL, pero que alguna vez se lo cruzó o lo vio en el Parlamento. Hoy los registros de visita comprueban que el inicialmente negado amigo si se reunió con Isla y que un par de veces fue autorizado a ingresar a la Comisión que presidía Gutiérrez.

Lo otro es que la nueva versión de Isla (“ahora que me acuerdo sí lo vi y estuve con MBL pero solo fue para saludarlo”) es producto de la segunda pechada que recibió, pero esta vez de su amiga y ex jefa de asesores, Patricia Robinson, quien en un reciente audio zarandea al pobre Isla y, a través de él, a los voceros de la bancada sobre qué decir a los medios en este tema.

Esta forma de reaccionar del Gobierno, que muestra a sus principales representantes dudosos, acorralados y haciendo esfuerzos denodados por “liberarse del bulto”,  evidencian a todas luces la indiscutible ligazón de MBL con Palacio, quien por lo visto, tenía el visto bueno para llevar la “voz” del actual binomio del poder a cuanto gobierno regional (Alvarez, Aguirre), autoridad política (IPD) y empresarios amigos (Antalsis y Rivera Idrogo) fuese necesario.

El argumento legalista que brinda la señora Jara: el señor Belaúnde no era funcionario público,  resulta desde ese punto de vista irrelevante, pues aquí, además de las responsabilidades penales que éste ha de afrontar, de lo que se trata es de saber si actuaba por encargo de alguien y si el poder lo protegía.

Comprenderá la señora Jara que la sola impunidad de MBL brinda suficientes elementos para concluir que hasta el momento, al igual que con el caso López Meneses, el Gobierno solo ha atinado a poner en marcha una poca efectiva y sospechosa estrategia de lavada de manos.

Por Mario Saldaña C (@msaldanac)
(13 - nov - 2014)

Mario Saldaña
13 de noviembre del 2014

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