Sin novedad en el frente

La oposición sufriría un desgaste innecesario si apuesta por la confrontación.

Una vez más el presidente Humala y su esposa han optado por repetir aquello que ya constituye una regla en los nombramientos de los presidentes del Consejo de Ministros. Han optado por alguien de su absoluta confianza. No han pensado en un independiente con peso propio ni en un político de trayectoria con autoridad y llegada a diversos sectores. Una vez más se han decidido por alguien del entorno, alguien de confianza, con el añadido que tiene varios años de trayectoria en el mundo de la política y que, habiendo pertenecido al Frente Independiente Moralizador (FIM), hizo del antiaprismo una suerte de ideario de comportamiento.

Me refiero al ministro Pedro Cateriano. Contra lo que se podría pensar, no creo que exista un clima de beligerancia alrededor de su nombramiento. Que habrá provocaciones, por supuesto que las habrá, de repente una tras otra y siempre con la iniciativa desde del oficialismo. Pero no creo que haya respuesta. La oposición no necesita plantearlas. El motivo es que estamos a pocos días de empezar el año electoral, el próximo 17 de abril, y las preocupaciones, como es obvio, serán otras.

En principio a la oposición no le conviene un desgaste anticipado. Y eso se generaría si comparte con el oficialismo un ambiente de conflicto. Peor aún, la estrategia del gobierno consiste en echar la culpa de la pésima situación de la economía al ruido político, con lo cual quieren vender la falsedad que la situación en que nos encontramos se debe a la actitud de la oposición. Nada más incorrecto. Si estamos mal es porque el gobierno no hizo su tarea o, cuando planteó algún intento en lo económico, lo hizo mal. Si la oposición polemiza o censura al premier Cateriano la idea de perturbar la economía se instalará en el imaginario popular y el desgaste y la responsabilidad se atribuiría a los grupos opositores. Por ello no creo que se inicie un clima de conflicto. Los grupos políticos seguirán en la crítica, pero como corresponde. El objetivo no es Pedro Cateriano sino fiscalizar al gobierno y al cercano proceso electoral. Y para ello más importante es tomar el control de la Mesa Directiva del Congreso.

Tampoco necesita la oposición negociar con un gabinete que día a día irá perdiendo poder pasando en algún momento a ser anodino. Conforme pasen los días el gabinete Cateriano será un gabinete rengo, sin iniciativa política, con la misión de administrar primero el proceso electoral y luego la transferencia democrática. Ha sucedido con todos en el último año de gobierno,  no tiene por qué ser distinto con el actual. En ese sentido, en el corto plazo, habrá que ver cuán democrático será el comportamiento del premier Cateriano,  con el uso proselitista de los programas sociales y el uso de recursos públicos en el desempeño electoral de Nadine Heredia. Esas son actividades concretas que la oposición tendrá que fiscalizar ya que el gobierno pretende convertirse en el gran elector y el propio ministro Cateriano, hace pocos meses, señaló que no permitiría el triunfo del aprismo o el fujimorismo.

La oposición debe actuar con mucha serenidad, casi casi como observadores de lo que acontece. La principal responsabilidad (en lo sectorial como en lo político) recae en el gobierno, que deberá demostrar en poco tiempo qué tipo de vena democrática tiene.

¿Y el diálogo? Bueno si algo ha devaluado con éxito este gobierno es, indiscutiblemente, el diálogo.

Por Juan Sheput
07 - Abr - 2015