Hugo Otero

Señor Fujimori, bienvenido a la democracia

Señor Fujimori, bienvenido a la democracia
Hugo Otero
25 de septiembre del 2015

Hugo Otero continúa el debate sobre la democracia delegativa

El señor Kenji Fujimori me responde en este portal los interrogantes que le plantee sobre la llamada democracia delegativa que él defiende.  Es decir, la de recibir el voto popular, interpretarlo a su manera y luego  dar un golpe de estado.

Sin  correrme del debate académico –para el cual el señor Fujimori parece estar bien preparado, pues cita como referentes a dos estudiosos, uno extranjero y otro peruano-, considero de mayor interés volver a plantearle la duda principal, que aún no responde.

¿Es delegativo que una familia  quiera instalarse en el poder con el voto popular a partir de rescatar la herencia política del fundador de la dinastía a la que pertenece el señor Fujimori? ¿Es democrático que la mayoría de quienes apoyaron el autogolpe y compartieron el poder autoritario con Montesinos pretendan regresar al gobierno?  

El señor Fujimori responde y utiliza expresiones como “ni mi padre ni sus hijos creemos” que delatan una lógica de propiedad heredada. Por otra parte, para eludir  abordar este tema fundamental, se escuda en el  truco de acusar al otro. Sigue a tal fin el modelo del intelectual fujimorista que pronunció la memorable frase: “nosotros matamos menos”, reconvirtiendo así el quinto mandamiento "no matarás",  en no matarás en exceso.

Parafraseando a Hugo Neira, el peor enemigo de un Fujimori es otro Fujimori. Me temo, por ejemplo, que a su hermana Keiko no le han gustado sus últimas declaraciones que celebran la democracia delegativa, porque  es imposible convertir súbitamente en democracia lo que no lo es. Sus declaraciones echan por tierra los esfuerzos de Keiko por tratar de hacer olvidar el carácter autoritario del gobierno de su padre en el que ella misma participó.

¿Quién nos asegura que los Fujimori, hoy aparentemente arrepentidos del autoritarismo y convertidos en demócratas delegativos, no interpreten nuevamente de un modo peculiar el legado del pueblo? En el contexto actual de inseguridad por el que atraviesa el país y ante el entusiasmo despertado por la campaña “chapa tu choro”, no sorprendería ver que un Fujimori en el poder pueda considerarse con carta blanca para recortar los derechos democráticos con el pretexto de restablecer la tranquilidad. Sin embargo, la lucha contra la delincuencia sólo puede resultar eficaz si se plantea a partir del respeto a las instituciones y la participación de la ciudadanía.

Como contrapartida a la interpretación dinástica de la política, el Partido Aprista, que acaba de cumplir ochenta y cinco años de vida democrática, propone un orden basado en la justicia social y la lucha contra la pobreza. Propone, asimismo, constituir a partir del voto popular un gobierno firme pero sustentado en la participación de las distintas expresiones políticas y sociales que constituyen la realidad nacional. Consecuente con esta línea Alan García, el presidente del partido, siempre defendió la democracia y jamás dio  golpe de estado ni apoyó una dictadura.

 

Los peruanos estamos hartos de que el país sea conducido por un clan familiar y sus allegados, como sucede ahora con los Humala, y reacios a la posibilidad de que un nuevo clan, el de los Fujimori, se instale otra vez en el poder con el argumento falaz de la democracia delegativa.

 

Por: Hugo Otero

 

Hugo Otero
25 de septiembre del 2015

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