Santiago González Díaz
Seguridad jurídica y crecimiento
Reglas de juego claras para los individuos
Preservar la paz social y prestar seguridad es una de las principales tareas atribuidas al Estado como poseedor del monopolio de la fuerza. Las sociedades reclaman a sus autoridades que garanticen una serie de condiciones básicas para desenvolverse sin temor de ser afectados por la acción de otra persona.
Popularmente el concepto de justicia se entiende como brindar a cada uno lo que le corresponde. Sin embargo, existen muchas interpretaciones que varían desde garantistas a otras más autoritarias. Encontrar el justo medio "aristotélico" es un trabajo que se hace para lograr un equilibrio en este "servicio” necesario para la convivencia.
La seguridad jurídica supone otro elemento que contribuye al crecimiento social: brindar a todos por igual el acceso a una justicia imparcial y eficiente para poner en igualdad a los ciudadanos, sin importar el poder económico de las partes. Cuando esto no ocurre, la justicia se subordina al poder económico y las leyes se vuelven letra muerta.
La seguridad jurídica establece reglas de juego claras con las cuales se actúa en el mercado laboral, confiando en que los proyectos a largo plazo tendrán los resultados previstos.
Estos dos elementos son constitutivos de un proceso de crecimiento social porque facilitan tanto la inversión privada como la creación de empleo; también, se evita la especulación y el manejo económico de la justicia a favor de un sector.
La libertad y la justicia mantienen un equilibrio que necesita cada sociedad. Sin justicia, la libertad caería en libertinaje y las personas no podrían recurrir a ninguna norma que les permita protegerse ni limitar su accionar. Su respeto e imparcialidad derivará, estrictamente, en las oportunidades que las personas tendrán al momento de llevar adelante proyectos de vida, la seguridad emocional que brinda prever “el futuro” es elemental para aquellas que decidan invertir económicamente.
SANTIAGO GONZALEZ DIAZ
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