Eduardo Zapata

Se necesita libretista

Se necesita libretista
Eduardo Zapata
11 de diciembre del 2014

¿Se podría convertir una asociación ilícita en un episodio de Al fondo hay sitio?

“Experimentados. Con capacidad para dirigir actores políticos amateurs. De preferencia con habilidad en el género policial y la explotación del reality. Se ofrece alta remuneración pues en el presupuesto 2015 se han aumentado las partidas para publicidad. Razón: Palacio de Gobierno”.

Luego de escuchar las explicaciones dadas en estos días por el propio Presidente y su esposa, así como por sus ministros y congresistas, sobre el caso Belaúnde Lossio, imagino que los asesores de imagen de los gobernantes deben andar desesperados en búsqueda de libretistas.

Porque a la poca experiencia actoral, se suma no solo la gravedad creciente de los vínculos que se van revelando, sino también la poca consistencia en las tramas oficiales argüidas y una pobre capacidad de improvisación que resulta más bien contraria a un buen montaje teatral.

No basta esta vez con decir –por enésima vez, creo- ¡Hay que voltear la página!, pues no se trata ya de una página, sino de folios. Con lo que entraña esta palabra en sus connotaciones hasta penales, De donde lo que se necesita con urgencia no son solo abogados, sino buenos libretistas.

Y eso es lo que necesita el gobierno en estos momentos para el caso Belaúnde Lossio. No para salir del fondo de él –pues saldrán (o no saldrán) recién cuando la justicia en el 2016 haga las investigaciones pertinentes- sino para evitar un mayor deterioro y un riesgo de inestabilidad institucional que ni siquiera la frivolidad del gobierno de Alejandro Toledo propició.

Pues es más que claro que todos los caminos del caso BL conducen a Palacio. No solo porque el papá y el mismo Belaúnde Lossio contrataron generosamente a la señora Humala, sino porque el mismísimo hermano de ésta aparece como oportuno gerente de oportunas empresas ganadoras de oportunas concesiones.

Con actores que –como el General Urresti- se vuelven especialistas en salud mental y califican de locura la denuncia de la Procuradora. Con abogados presidenciales que se presentan en televisión a tratar de confundir más que a esclarecer, acompañando sus dichos con miradas jamás directas a las cámaras. En fin, con las bravuconadas y amenazas del Ministro de Defensa hacia la Procuradora, la obra teatral –más bien un drama político, ético y constitucional- parece tener un irremediable final anunciado y anticipado. Hoy o mañana.

De allí que tenga sentido el aviso que encabeza esta nota. Porque tal vez libretistas exitosos de la talla de “Gigio” Aranda o productores como Efraín Aguilar puedan lograr que una asociación ilícita para delinquir devenga –transitoriamente- en un caso para el cual “al fondo hay sitio”. Quizás un buen libreto, una buena dirección y un mejor casting actoral puedan lograrlo.

Por Eduardo E. Zapata Saldaña
(11 - dic - 2014)

Eduardo Zapata
11 de diciembre del 2014

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