Iván Arenas

¿Se cae la muralla “caviar”?

¿Se cae la muralla “caviar”?
Iván Arenas
07 de junio del 2017

Ante el empuje de la política “plebeya”

Luego del derrumbe del fujimorato en el 2000-2001, un sector de la izquierda en Lima denominada “caviar” (por sus poses y gustos finos, amén de su falsa perorata revolucionaria) tomó el gobierno de Valentín Paniagua primero y luego el de Alejandro Toledo. Esta izquierda caviar y limeña trató de enterrar todo lo que quedaba del fujimorato e imponer una sola narrativa, sobre todo en la lucha contra el terrorismo. Es obvio que a nadie en su sano juicio se le ocurre justificar los horrores y errores del fujimorato con respecto a la corrupción y lucha contra el terrorismo (violaciones de derechos humanos), reconocidos por la propia Keiko Fujimori. Pero, como decíamos, la izquierda caviar quiso eliminar al fujimorismo de toda la escena política. No obstante, siempre hay un lado de B de toda historia, y aunque no guste a muchos (incluyéndome) el fujimorato de los noventa llevó el Estado a las llanuras amazónicas y los rincones andinos. De allí que hoy crezca como fuerza política, popular y plebeya, a pesar de los vetos de la izquierda caviar en complacencia con algunos denominados “liberales”.

Pero esta izquierda caviar y limeña continuó. Convivió con el aprismo, a pesar de ser enemigos jurado. Allí estuvo, ocupando cargos en los ministerios de Salud, de Trabajo y del entonces Ministerio de Desarrollo Social. Como es lógico, la tecnocracia caviar jamás podría renunciar al Estado. Apoyó con todas sus fuerzas a Humala, a pesar de haberlo negado mil veces. Si no, recuerden la contracampaña en Madre Mía. Y esta misma izquierda limeña apoyó a Humala, a pesar de que sus abogados y oenegés tenían elementos probatorios suficientes de que era el “Comandante Carlos”. No importa. Si el ejecutor es de los nuestros, eso no importa. ¿O no?

Sin embargo, esta izquierda limeña ha ido más allá. Sus universidades y sus institutos han vetado a todo a quien no piense como ellos. Así de simple, los han vetado. Y no los han vetado por razones académicas, sino por no comulgar con su pensamiento. El resultado es que algunos de los pocos intelectuales honestos de este país no tienen cabida en sus fórums, talleres, conferencias y conversatorios. Es decir: no existen.

Pero la historia no acaba ahí. Esta misma izquierda limeña y caviar ha vetado a partidos políticos de la propia izquierda; como a Patria Roja, a la que siempre se le da un pequeño espacio para mostrar “apertura”. ¿Por qué? La razón es sencilla. Porque son cholos, y como son cholos se las saben “toditas”. ¿O acaso no son verdad los miles de improperios que les lanzan a media voz?

Esta izquierda limeña y caviar seguirá apostando por Verónika Mendoza y otros más que por allí surjan de los distritos bien de Lima (Miraflores, Barranco, San Isidro) ¿Pero adivinen qué? Hoy emerge la política plebeya con mayor fuerza. Al lado ha surgido Gregorio Santos y también el fujimorismo, que tienen cierto parecido: representan a los sectores populares, emergentes, estos sectores plebeyos que fueron ninguneados por la izquierda limeña.

Hoy la muralla de esta izquierda limeña, pseudo social-liberal y caviar, está a un paso de derrumbarse. Ya no tiene credibilidad. Sus medios y periodistas alientan conflictos donde debe surgir la convergencia, y despliegan veneno donde debe haber consejos. Sus sociólogos no hacen sociología y sus políticos se enrocan entre ellos.

Iván Arenas

Iván Arenas
07 de junio del 2017

NOTICIAS RELACIONADAS >

El clasismo de Pedro Francke

Columnas

El clasismo de Pedro Francke

El ex ministro de Economía, y a veces portavoz de lo que se den...

17 de abril
El marxismo en las escuelas

Columnas

El marxismo en las escuelas

Un reciente reportaje elaborado por el programa “Contracorriente...

10 de abril
El APRA frente a Antauro

Columnas

El APRA frente a Antauro

No es absolutamente casual que el himno partidario del APRA sea &ldquo...

02 de abril

COMENTARIOS