Juan Carlos Valdivia

Salgado y Zavala

Salgado y Zavala
Juan Carlos Valdivia
03 de agosto del 2016

Marcan la sana tensión que debe existir entre el Ejecutivo y el Parlamento

Fernando Zavala viene mostrándose prudente y conciliador. De maneras democráticas, contra lo que suele ser la actitud general de los congresistas pepekausas, que pretenden imponer su minoría en base a presión mediática y una actitud algo destemplada, no ha tenido problemas en disculparse ante Luz Salgado por las desacertadas declaraciones del Presidente Kuczynski al diario El País. Reafirma así un liderazgo al interior del Gobierno, diferenciándose de quienes buscaban negar lo evidente.

Zavala ya había advertido que estaba dispuesto a trabajar para convencer a la mayoría parlamentaria, y se ha mostrado respetuoso de los usos de la democracia: “Algunas veces convenceremos, otras no,, Y entonces buscaremos las mejores formas para adecuar nuestras propuestas”, ha dicho. Falta descubrir si la actitud de Zavala es solitaria, aislada; o si, por el contrario, cuenta con el respaldo de sus ministros. Y si su talante dialogante no generará resquemores en algunos congresistas que quieren compartir el liderazgo con el presidente Kuczynski. Por lo pronto algunos de sus ministros, como Marisol Pérez Tello y el ministro de Defensa, han dado muestras de haber sido tallados de la misma madera. Hay algunos, con mayor experiencia política, que aún guardan silencio.

Desde la otra vereda, la serena firmeza de Luz Salgado, hace reconocer que no se equivocaron en el fujimorismo al elegirla presidenta del Congreso. Salgado, fujimorista de la primera época, ha sabido mantener una educada distancia en los actos protocolares, así como no sobreexponerse con declaraciones que solo llevarían a agudizar los enfrentamientos con el Ejecutivo. Hasta hoy, ha mostrado saber cuándo y cómo hablar. Su discurso al asumir el cargo fue una oferta de trabajo serio, con el reconocimiento de una serie de cambios que se deben producir en los procesos en el Parlamento. Y un retorno a una austeridad republicana, que aleje su gestión de los desórdenes y gastos del humalismo.

Pero, al igual que en el caso de Zavala, falta saber si logrará imponer su liderazgo al interior de la bancada fujimorista, para contar con una presidencia respetada por todos en el Parlamento. Con claridad en las ideas y en los conceptos sobre la función del Congreso, sin temor a hacer sentir con firmeza su posición, como se vio ayer en la conferencia con Fernando Zavala. Ha hecho respetar los fueros parlamentarios, lo que le generará un liderazgo claro, que debe saber usar.

En Salgado y Zavala hemos encontrado dos personalidades que pueden marcar la sana tensión que debe existir entre el Ejecutivo y el Parlamento. Sana, pero democrática tensión.

 

Juan Carlos Valdivia

 
Juan Carlos Valdivia
03 de agosto del 2016

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