Jorge Morelli

Romance estratégico del yuan y la libra

Romance estratégico del yuan y la libra
Jorge Morelli
14 de octubre del 2015

Sobre la nueva alianza estratégica monetaria entre China y el Reino Unido

China brega por el reconocimiento de su moneda, el yuan, como moneda de reserva global, y lucha por su ingreso a la canasta de monedas de los derechos especiales de giro del FMI. En este mismo propósito, firmó el año pasado –con presencia del premier chino en Londres- un acuerdo de gobierno a gobierno con el Reino Unido para que los bancos londinenses manejen sus negocios en yuanes en las economías de Occidente.

Gran Bretaña tiene, pues, una nueva alianza estratégica con China, un matrimonio de conveniencia se diría, que al parecer apunta a instrumentar la moneda china para obligar al dólar a compartir con el yuan el papel de moneda de reserva global.

La libra inglesa perdió hace cien años exactamente, a manos del dólar americano, el monopolio de moneda de reserva. Es importante repasar cómo ocurrió esto cuando Winston Churchill, a la cabeza de la autoridad monetaria inglesa, resolvió regresar al patrón oro, suspendido desde el inicio de la Primera Guerra. Luego de un período de inestabilidad durante la guerra, hacía falta volver a tener un punto de referencia firme en el horizonte, una estrella polar inamovible, que guiase a las naves de la economía mundial. Este había sido el papel del patrón-oro, durante el siglo del Imperio Británico, que trajo estabilidad y orden a la economía global.

Cuando el oro es la medida de todas las cosas, de todas las monedas, de todos los valores, ninguna economía puede apartarse mucho de la estabilidad fiscal para emprender aventuras enloquecidas de emisión de moneda. Pronto el sistema del patrón oro lo obliga a devaluar. Sin una estrella fija, en cambio, la aventura de la demagogia fiscal puede extenderse por años antes de derrumbarse. Así es como nacen las hiperinflaciones, la de Alemania de la entreguerra o la del Perú de los 80.

Volver al patrón-oro no era una decisión equivocada. El error que precipitó el hundimiento de la libra y su desplazamiento por el dólar no fue el regreso al patrón-oro sino la tasa de cambio fija de la libra esterlina, que resultó irreal porque procuró el objetivo de ponerla sobre su verdadero valor (quizás para recuperar el papel de moneda de reserva global).

Después de la Segunda Guerra, en Bretton Woods, se quiso crear nuevamente una estrella polar, pero de factura convencional, no ya con el oro como referente sino con el dólar, al cambio fijo de 27 dólares por onza de oro. Fue el sistema del patrón-dólar. Este vino a morir 25 años después, con la flotación del dólar en el mercado dispuesta por Nixon en 1971, ya sin relación fija con el oro. Desde entonces flotamos en un mundo de valores monetarios relativos sin ninguna referente  fijo del valor. Eso es lo que ha incubado las burbujas globales.

Luego de siete años desde el colapso de la burbuja global, hoy, la FED se prepara para subir la tasa de interés y revaluar el dólar luego de haber inundado la economía global con dólares para impedir la destrucción del aparato productivo. Pero lo hace sin que haya inflación y sin saber con certeza si la economía norteamericana está lista para soportar un mayor precio del dinero sin frenar su propio crecimiento.

¿Por qué lo hace entonces? ¿Para afianzar el papel del dólar como reserva de valor? ¿Puede acaso el yuan chino, con su nueva alianza estratégica con la libra esterlina, desafiar al dólar? No es imposible que dos monedas coexistan como reserva de valor, argumenta The Economist en artículo reciente. Y, ojo, The Economist es una revista inglesa.

Por: Jorge Morelli (@jorgemorelli1)

Jorge Morelli
14 de octubre del 2015

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