Renunció Vizcarra, ¿ahora qué?

Consecuencias de la renuncia del ministro.

Ayer, 22 de mayo de 2017, Martín Vizcarra, ministro de Transportes y Comunicaciones, renunció a su cargo alegando falta de apoyo político del Congreso y la Contraloría para el Aeropuerto de Chinchero. La renuncia se hizo efectiva momentos antes de que se conozca el informe de la Contraloría sobre el mencionado proyecto, el cual recomendó que el Estado interponga acciones legales contra algunos funcionarios públicos. No cabe duda alguna de que la partida de Vizcarra es un golpe duro para el gobierno de PPK, porque era quizás el cuadro político de mayor peso con el que contaba el presidente, y que ahora —sin gabinete— se mantendrá solo como vicepresidente de la República. ¿Qué sigue después de su renuncia? ¿Cuál será el futuro de Vizcarra? ¿Habrá más consecuencias? Esas son las preguntas que responderá esta columna.

En primer lugar, tengo razones para sospechar que aquellos que cantan victoria por la partida del ministro se pueden decepcionar en el futuro a mediano plazo. Para comenzar, la forma misma en la cual renunció Vizcarra no es la usual para un ministro de Estado, porque este estuvo acompañado por el propio presidente. Es decir, que PPK aún confía plenamente en él. Además, el jefe de Estado tuvo palabras reveladoras cuando dijo: “para mí es un alivio porque Martín va a tener más tiempo para ayudarme en las regiones”. En otras palabras, en el ajedrez político de PPK, Martín Vizcarra es una pieza importante que va a seguir utilizando.

¿Cómo es posible esto? Pues es bien simple: el vicepresidente y ahora ex ministro ha recibido un duro golpe, no obstante no ha sido noqueado como Maicelo. En gran medida, su destino final en la administración pepekausa y su futuro político dependerán de si se le encuentran responsabilidades administrativas o penales por la adenda del aeropuerto. Ahora bien, el hecho de que PPK siga confiando en él no significa que Vizcarra esté vivito y coleando. Lo más probable es que la oficina de la vicepresidencia a su cargo no vaya a ser manejada como lo fue en administraciones anteriores —léase, un cargo muerto— sino que él va a ser un vicepresidente muy activo. Calculo que por un tiempo él estará tras bambalinas y luego —si sale limpio de polvo y paja del caso Chinchero— recuperará su notoriedad en los medios. Y quién sabe, quizás hasta el propio PPK considere hacer un enroque y colocarlo en otro ministerio.

Por otro lado, ¿qué pasará con el MTC? Lo más probable es que PPK nombre a Fiorella Molinelli, actual viceministra, como la sucesora en el cargo. Ella es una mujer con un buen perfil técnico; sin embargo, ella o quien sea que asuma el cargo deberá demostrar una muy buena muñeca política, puesto que el caso Chinchero recién se abre y tiene para rato. Si no, miren el paro indefinido que se ha anunciado en el Cusco por la cancelación del contrato.

Respecto a las consecuencias de la renuncia, creo que la más clara de todas es la demostración del poder que ha hecho el fujimorismo, que debe ser interpretada como un mensaje muy firme al Ejecutivo. Es decir, sin necesidad de iniciar una censura ejercieron la cantidad necesaria de presión política para que sea el propio Vizcarra el que renuncie. Ello acarreará, como consecuencia adicional, que el próximo en la lista —escúchame, Basombrío— tenga que ir mucho más preparado a su sesión de interpelación si quiere mantenerse en el cargo, ya que hay quienes le tienen hambre desde hace rato.

Finalmente, esto que ha pasado ayer es algo que veremos con más frecuencia en lo que resta de la presente administración. El tira y afloja del poder entre el Gobierno y la oposición tendrá más víctimas. Ambos, PPK y Keiko Fujimori, igual que ajedrecistas, ya están pensando cuál será su siguiente jugada.

Franco Germaná Inga.

@FrancoGermana