Guillermo Vidalón

Reformar la justicia para relanzar la economía

Reformar la justicia para relanzar la economía
Guillermo Vidalón
15 de febrero del 2017

Canalizar la indignación para modernizar el país

Ciertamente es importante luchar contra la corrupción, y fortalecer y reformar el sistema judicial. No obstante, la economía debe ser relanzada para que se expanda y siga generando puestos de trabajo que contribuyan efectivamente a la reducción de la pobreza.

La reserva moral del país ha mostrado su indignación, lo cual es positivo. Lo negativo es que grupos políticos de izquierda pretendan capitalizar este sentimiento ciudadano y distanciarse de la red de corrupción de la que fueron partícipes, desde la cual estafaron a todos los peruanos en provecho propio.

Realmente hay que ser caraduras para gritar “atrapen al ladrón” cuando al mismo tiempo se embolsicaron parte del botín. Peor aún, cuando pretenden culpar al sistema económico de libre mercado de los actos de corrupción diseñados por uno de sus máximos exponentes políticos a través del denominado Foro de Sao Paulo.

Felizmente, la historia ha demostrado en innumerables ocasiones que el interés de los gobiernos autoritarios en concentrar el poder cumple la finalidad de facilitar el ocultamiento de sus trapacerías. Y por eso mantienen sistemas judiciales abyectos. Pero las investigaciones llevadas a cabo en los Estados Unidos están haciendo que se activen los sistemas judiciales de Brasil, gracias a lo que hemos tomado conocimiento de múltiples indicios razonables de comisión de delito por parte de integrantes de todo el espectro político.

¿Qué enseñanzas se deben recoger? Que debemos contar con un sistema judicial fortalecido y reformado; decisión política que debe ser compartida por todos los poderes del Estado y ejecutada lo más pronto posible para que resulte oportuna. Los sistemas judiciales más evolucionados del mundo se precian de ser autónomos, pero pueden hacerlo porque brindan una administración de justicia previsible a sus sociedades. No siendo este el caso la justicia peruana, es el momento de “aislar” a quienes están procesando los casos complejos de corrupción e iniciar una profunda y ejemplar reforma.

“Aislarlos” para que los partícipes en actos de corrupción no pretendan invalidar la acción y la legitimidad de la acción judicial encargada de estos procesos. Tengamos presente que un sistema judicial autónomo, previsible y transparente se convierte en un poderoso estímulo para los agentes económicos porque aminora el riesgo de arbitrariedades. Además, hace que el conjunto de la sociedad oriente sus esfuerzos hacia la consecución del éxito por medio de la meritocracia, y no en función a cuan penetrable resulte la autoridad judicial.

Empero, la indignación ciudadanía debe ser canalizada de la mejor manera, y es al Poder Ejecutivo a quien le corresponde liderar este proceso. Si la reforma judicial es obviada una vez más, las esperanzas de instituir un país moderno y desarrollado al cumplirse el Bicentenario de la Independencia e inicio de la vida republicana se diluyen, así como la expectativa de ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Por Guillermo Vidalón del Pino

 

Guillermo Vidalón
15 de febrero del 2017

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