Úrsula Letona

Reflexiones para la discusión de las reformas

Diálogo político para establecer puntos de encuentro

Reflexiones para la discusión de las reformas
Úrsula Letona
20 de agosto del 2018

 

“Entre los rasgos distintivos de todo populismo está su demanda de darle voz
directamente al pueblo”. Mauricio Rojas.
El estallido del populismo

 

La coyuntura de crisis por la que atravesamos nos debe llevar a una profunda reflexión sobre cómo encaminar las reformas que demanda el país, y a un escenario de soluciones constructivas y posibles consensos por parte de todas las fuerzas políticas. Un nuevo enfrentamiento solo seguirá afectando la institucionalidad y minando nuestra democracia, que requiere un decidido fortalecimiento.

En los últimos tres años, desde que se dio a conocer el caso Lava Jato, la ilusión de un país que se encaminaba al desarrollo —que había logrado superar las crisis económicas del 2008 y la del 2014— ha caído estrepitosamente, arrastrando a las instituciones y a la clase política. En este escenario se ha acentuado la polarización del país. A ello debemos añadir la metástasis de la corrupción en el sistema de justicia, lo que en conjunto “parece detenido, coagulado y contenido en su cauce” (Santiago Alba). La suma de todos estos elementos ha generado la percepción, ante la opinión pública, del fracaso de las instituciones, englobado en la frase “que se vayan todos”.

En esta situación evocaba a Ludwig Von Mises —La acción humana (el papel de la ideas), que parte señalando que el pensamiento precede siempre a la acción— quien afirmaba que “pensar es deliberar previamente sobre una acción futura y reflexionar luego sobre una acción pasada”. Esta última precisión es absolutamente relevante en el entendido de que se debe reflexionar sobre eventos del pasado, especialmente relacionados con la crisis que ha afectado nuestras instituciones, para tomar algunas lecciones y establecer derroteros y acciones hacia el futuro. Nos toca a la clase política mirar las experiencias del pasado para corregir aquellas acciones (eventos) que nos puedan envolver en una nueva situación de crisis, con costos muy altos para nuestros compatriotas.

La reflexión de Von Mises, tiene relación con la búsqueda de consensos aun cuando existan profundas diferencias ideológicas entre los que pretenden poner en acción determinadas políticas públicas. La sociedad es producto de la acción humana, y la acción humana se guía por ideologías; por tanto, la sociedad y cualquier orden concreto de las relaciones sociales son fruto de ideologías.

Precisa Von Mises que “todos los partidos políticos aspiran a conseguir el bienestar y la prosperidad material de sus seguidores”. Todos prometen mejorar su situación, “pero los partidos que propugnan el bienestar material de sus seguidores, lo que hacen es defender la necesidad de la cooperación social, las diferencias que puedan suscitarse en torno a la mejor organización social y las más conveniente acción sobre tales fines no necesariamente atañen a principios ideológicos ni a doctrinas generales (….). Lo que determina tales antagonismos se refiere exclusivamente a los medios a emplear, nunca a los fines últimos”, que no son otra cosa que la prosperidad material de los ciudadanos.

Esto evidencia que aun existiendo diferencias ideológicas entre quienes propugnan determinadas políticas públicas, siempre estarán de acuerdo en el fin último: la prosperidad material. La diferencia estará en los medios a emplear, lo que determina que existen espacios de diálogo político para establecer puntos de encuentro, producto de una cesión a sus postulados de la doctrina en la que se adscriben.

De cara a la discusión en el Congreso de la República vale citar a Edmund Burke sobre la deliberación que corresponde en los parlamentos y la búsqueda de consensos: “El Parlamento debe ser una asamblea deliberativa de una nación, con un interés: el de la totalidad. Cuando el concierto reina en las asambleas —es decir, cuanto más unánimes son las opiniones— más dominante es la voluntad general; en tanto que los prolongados debates, las divisiones, el tumulto, son anuncios del ascendiente de los intereses particulares y, por consiguiente, de la decadencia del Estado”.

De cara al amplio debate que se viene en el nuestro parlamento es edificante lo expresado por Burke. Ofrecemos la entereza de ideas y carácter con el fin de propiciar un debate constructivo en procura de los anhelados consensos. La ciudadanía lo demanda.

 

Úrsula Letona
20 de agosto del 2018

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