Juan Carlos Valdivia

RECUPERAR LA AGENDA

RECUPERAR LA AGENDA
Juan Carlos Valdivia
17 de enero del 2017

PPK debe tomar el liderazgo de la ola anticorrupción

Las encuestas publicadas los últimos días ratifican lo que veníamos advirtiendo: los problemas generados por las denuncias de corrupción de empresas brasileñas están secuestrando la agenda pública. Lamentablemente para el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, un escándalo de enormes proporciones hace excluyente las pretensiones desde el Ejecutivo de recuperar la iniciativa y generar la confianza necesaria para promover nuevas inversiones.

Si la situación era ya complicada con la inversión privada en declive por tercer año consecutivo y la inversión pública retraída por los excesos del gobierno humalista, la ola de denuncias de corrupción provenientes de Brasil solo traerán mayores problemas a la economía. Será difícil que una situación de inestabilidad brinde garantías a nuevos inversionistas. Por eso, en entrevista el domingo, PPK ha dicho: “Lo que quiero es que se reactive la economía. Eso no es fácil porque este escándalo de Odebrecht ha hecho que muchas obras se detengan”.

Hace pocos días, el congresista Víctor Andrés García Belaunde —como resultado de los interrogatorios en la comisión Lava Jato, de la que es miembro— afirmó que Proinversión, el organismo encargado de promover nuevas inversiones, era “una cueva de ladrones”. En esas condiciones ¿Cuál será el futuro de la economía? A ello hay que sumarle decisiones equivocadas, agravadas por la coyuntura, que ponen en cuestión proyectos de inversión en infraestructura. Como lo sucedido en Puente Piedra, que corre el riesgo de convertirse en el modelo de acción desde algunos sectores políticos.

¿Cómo recuperar la conducción del país?

Pues poniéndose encima de la ola anticorrupción, conduciendo políticamente el proceso, tomando la iniciativa. El presidente Kuczynski, con unas declaraciones equívocas, ha generado un ambiente de desconfianza. El gobierno no ha sido claro en su posición respecto al escándalo brasileño. Y el país espera definiciones de un proceso que está amarrado a decisiones en el vecino país. En esas condiciones, los silencios y mensajes confusos solo incrementan el ambiente de desazón en la ciudadanía. Si el presidente tiene un dilema moral —cancelar las operaciones de las empresas brasileñas o mantener las inversiones en infraestructura vivas—, debe explicárselo al país. Y señalar qué medidas se tomarán para salvaguardar los intereses del país.

Lo que no puede suceder es que, en medio de las ausencias gubernamentales, se produzcan acciones que luego pueden comprometer moralmente a un gobierno que recién se inicia. Estamos ante el mayor de los retos que puede haber afrontado un gobierno democrático en nuestra historia republicana. Se requiere de presencia, liderazgo y decisión para conducir al país en medio de la tormenta. Tiene que recuperar la conducción del país, presidente Kuczynski.

Por Juan Carlos Valdivia

Juan Carlos Valdivia
17 de enero del 2017

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