Hugo Neira

Razón de Estado y lamentables trifulcas

Razón de Estado y lamentables trifulcas
Hugo Neira
26 de septiembre del 2016

La frustrada reforma de la UIF y el imaginario ciudadano

Un día antes del conflicto entre el Ejecutivo y el Parlamento por el tema de la reforma de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) —presentada por el actual gabinete y denegada por la oposición con escuetos argumentos, impresionantemente chatos y breves— tuve un encuentro con una personalidad de paso por Lima. A pedido de unos amigos acudí a una reunión, ad honorem, con un hombre de empresa, extranjero, que quería una evaluación realista de la situación peruana. Sumariamente, estas fueron mis palabras:.

En primer lugar, El Perú ha pasado por un periodo de vacancia presidencial del 2011 al 2016. En segundo lugar, el país electoral había optado por un presidente, hombre culto y de vasta experiencia. En tercer lugar, el mismo país había enviado al Parlamento mayoritariamente a un partido popular, cosa nada fácil de realizar en una sociedad trabajada profundamente por el escepticismo político. En cuanto al contexto económico, en las PYMES, que reúnen el 90% de las empresas peruanas, hay convencimiento del libre mercado. Sin embargo, estamos ante una contracción de la economía mundial. Todo está en las manos de PPK y de Keiko Fujimori. La situación es delicada para ambos. Pero hasta el momento ha predominado la sensatez.

Me equivoqué. ¿Cometí el peor de los pecados, el angelismo? Consiste en creer que los actores políticos actúan cuerdamente. En política, no solo no existe el ciudadano del rational choice, sino que las elites también suelen cojear. Al día siguiente estalló el rechazo a una reforma de la UIF. Esa delegación es trascendente. Como el “no” fue rotundo, de inmediato los medios saltaron a la yugular de Keiko. Un diario publica un mapa de América donde —con excepción del Perú, teñido de rojo— se tiene acceso legal al levantamiento del secreto bancario. Pero aquí no. Sin embargo es posible una enmienda legislativa y algunos medios se guardaron ponzoñosamente de decirlo.

Seamos claros. El vocero de Fuerza Popular no se tomó el trabajo de explicar sus razones. Solo habló del “Pleno”. Y chau. Como si en este país se tuviera un extenso conocimiento de los mecanismos institucionales. ¡Gracias a una educación secundaria con cursos de educación cívica! (bromeo). Había que explicar ese entrampamiento. Víctor Andrés Ponce escribe en este mismo diario. “Con la Constitución en la mano, nos indica que la Carta Política establece que solo el fiscal, el juez y una comisión investigadora del Legislativo pueden ordenar el levantamiento bancario”.

El lector observará que pongo comillas, no me apellido Acuña. Ahora bien, si Galarreta hubiese acudido a los recursos que tiene el castellano, si hubiese dicho por ejemplo, “Claro que sí, en principio estamos de acuerdo, pero hay un problemita constitucional, y nos vamos a ocupar”. Pero no, no dijo eso. Un senador de otros tiempos decía que para ser parlamentario se necesita tino y tina. De la tina no dudo, pero lo del tino…

Del árbol torcido de la democracia

 

surgen dos tallos nuevos

Lo ocurrido es fatal. El poderoso partido del antifujimorismo ha ganado una batalla, como siempre mediática. Va a ser difícil quitarle de la cabeza a gran parte de la opinión pública que a los fujimoristas, percibidos como latentes ladrones, no les conviene reformar la UIF. O sea, otra victoria en el campo del imaginario ciudadano. Luis Galarreta tiene una licenciatura en Derecho y Ciencias Políticas, pero como vocero falla en gramática castellana, no se sirve de los conectivos. Por ejemplo: “sí, pero”, “a no ser que”, “no obstante”. No matiza. Les ha dado cuerda a los partidarios de la polarización.

Y como me he arrepentido de mi propio angelismo, admito una sospecha que me quita el sueño. Ese “gabinete de lujo” —lo están llamando así— ¿es solo de tecnócratas y no consulta a constitucionalistas? No lo creo. Entonces, brillante jugada, acaso colocaron en la lista de facultades esa delegación que ponía a la bancada naranja en la peor de las situaciones. Si la aprobaban, iban contra la Carta. Si la desaprobaban confirmaban que este Congreso es un estorbo. Vaya por dios. ¿Estamos en camino no hacia el futuro sino hacia 1992? ¿Otra vez un cierre del Congreso? Ironía de la historia, Keiko sería víctima de un modelo de poder que usa los plebiscitos para acabar con opositores. De llorar o echarse a reír.

Me sumo a lo dicho por Jaime de Althaus, “lo que ha pasado en las comisiones del Congreso en estos días ha sido realmente extraordinario”. Pero vaya usted a explicárselo al ciudadano que solo lee en los kioscos los titulares, de pie, y no compra. Por lo demás, todos hemos escuchado al presidente decir que “se han equivocado de enemigo”. Pero un presidente representa al Estado y al pueblo peruano. En consecuencia, no puede tener enemigos. ¿O estamos en guerra? El gobernante tiene gobernados, incluidos los opositores. Me parece que sería conveniente fumigar el viejo caserón de Palacio, hay un mosquito que transmite una rara enfermedad. Humala hablaba de la presidencia como si él no lo fuera. El actual presidente es de todos los peruanos. Y lo de enemigos está fuera de lugar.

Hugo Neira

Hugo Neira
26 de septiembre del 2016

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