¿Quién hace política en el pepekausismo?

Es una suma de voluntades e intereses sin concordancia

Según GFK, la aprobación en abril del presidente PPK subió en once puntos porcentuales, llegando hasta el 42%. Pero la noticia rápidamente queda en un segundo plano por la denuncia del ministro de Defensa, Jorge Nieto, de que a él y a una funcionaria del ministerio les habrían hecho un reglaje que sería parte de ciertos rezagos “montesinistas”. El ministro del Interior, Carlos Basombrío recoge esa flor y niega de forma tajante que sea su sector el que está detrás del seguimiento a Nieto. Todo aquello denota una bronca intestina dentro del Gobierno y que la falta de liderazgo del presidente PPK ya está generando graves problemas.

La noticia de un repunte de 11% no es cosa menor, y cualquier gobierno la habría explotado mediáticamente. No obstante, desde el Ejecutivo se desaprovecha esta inmensa oportunidad. Ahora bien, hasta antes de la tragedia de los huaicos y lluvias del Fenómeno de El Niño costero, el gobierno pepekausa se venía a pique en las encuestas y carecía de un norte claro. Diversos analistas alertaron que el pepekausismo tenía un déficit de política. De alguna manera la reconstrucción le ha dado un respiro y un camino al pepekausismo. Sin embargo, la denuncia de Nieto ha demostrado que el demonio sigue adentro. Es imposible soslayar que el gobierno pepekausa es una suma de voluntades e intereses diversos que apenas tienen concordancia. ¿Qué de común tienen Marisol Pérez Tello, Gilbert Violeta y Carlos Bruce?

¿Qué representa este repunte en la aprobación del gobierno? Quizá algún estratega del Gobierno, vestido de pequeño Maquiavelo, piense que esos once puntos porcentuales se han ganado gracias a una oposición tenaz al fujimorismo. Si piensan aquello entonces la guerra Ejecutivo versus Parlamento tiene para rato. En el razonamiento del estratega pepekausa apelar al antifujimorismo es una fórmula en la que se desvanece todo intento de acuerdo con la mayoría naranja, pero con la que se ganan puntos en la aprobación. No obstante, la estrategia del gobierno pepekausa no termina con ahondar las pasiones del antifujimorismo. El Gobierno podría utilizar el caso Lava Jato para sus propios intereses, como ya se ha venido advirtiendo.

Una de las razones por la que ganó PPK es que un gobernante de su prestigio daría estabilidad y sobre todo predictibilidad a los agentes económicos. Luego de algunos meses en el gobierno, PPK no puede ni lo uno ni lo otro. Ya es un lugar común sostener que el gobierno pepekausa necesita más política.

Iván Arenas