Eduardo Zapata

Querido Noel educativo

Querido Noel educativo
Eduardo Zapata
17 de diciembre del 2015

Sobre el necesario compromiso de la sociedad con la educación

Querido Papa Noel.

Esta nota será breve, no te preocupes. Porque entiendo que los elfos andarán aún ocupados con los regalos de última hora. Y no dudo de que en tiempos de globalización, tercerización y ventas por catálogo –rompiendo algo de la magia navideña- te hayas visto obligado a emplear algunos de esos servicios.

Te escribo para pedirte algo especial. Se le puede y se le debe llamar producto. Y el regalo se llama educación. Sé que te gusta envolver tus productos con fantasía, sé también que los niños suelen desenvolver sus regalos desprolijamente. Pero me importa más que el niño ilusionado encuentre en la caja misma del producto –y para siempre- la ilusión del conocimiento.

Te pediría, entonces, que este producto llamado educación se lo hagas llegar también a quienes nos gobernarán a partir del 2016. Porque son ellos los responsables desde ya -desde sus planes de gobierno- de diseñar una educación que no solo ilusione a nuestros niños transitoriamente, sino los dote de las herramientas para afrontar exitosamente el mundo. El mundo en que ya viven.

Sueño con niños felices y seguros. Que no compitan con los demás, sino consigo mismos para ser mejores cada día. Sueño con niños curiosos, vital e intelectualmente, capaces de entender la laboriosidad, la disciplina y sus derechos. Sueño con niños que sean niños, que adquieran muchas destrezas para la vida y que recién aprendan a leer a los 6 o 7 años. Sueño, en fin, con niños libres.

Y quisiera pedirte, por último, que ilumines a nuestras autoridades nacionales, regionales y municipales para que hagan de nuestros barrios y ciudades verdaderas escuelas. Porque la educación no se agota en las aulas. No hay objeto escolar valorado si este no es valorado por el todo de la sociedad.

Sé que este último pedido puede ser extraño en esta columna. Pero soy educador y creo que si de verdad creemos en la educación todos deberíamos comprometernos con ella. En cada paso, en cada acción. Alejándonos de las consultorías de la nada, de los juramentos del vacío, no pretendiendo detener el mundo mercantilistamente a nuestra imagen y semejanza sino promoviendo de veras a nuestra niñez. A esos, los hijos nuestros.

Agradezco a los editores de El Montonero. Para ellos también pido un obsequio: fe, perseverancia en la honestidad y el logro de una sociedad realmente libre. A quienes me leen les agradezco infinitamente.

Por: Eduardo E. Zapata Saldaña

Eduardo Zapata
17 de diciembre del 2015

NOTICIAS RELACIONADAS >

Pobrecitos los viejitos

Columnas

Pobrecitos los viejitos

Si usted anda en ese grupo etario al que se suele aludir como ´c...

17 de abril
Nuestros niños y su cerebro

Columnas

Nuestros niños y su cerebro

  En lo que se refiere específicamente a lo educativo, to...

11 de abril
Una joyita

Columnas

Una joyita

Resultó siendo públicamente una joya. Y de las de &acute...

04 de abril

COMENTARIOS