Quemando las naves

Fuerza popular y PPK ya dieron inicio a la “guerra total”

La campaña electoral ingresa a sus últimos diez días, y tanto Keiko Fujimori como PPK han decidido “quemar las naves” a fin de diferenciarse de su oponente basados en una batería ataques personales que buscan desacreditar —sin filtros— tanto a los líderes de cada agrupación como al entorno que lo acompaña. Lamentablemente ya las propuestas de los candidatos —y su debida justificación, explicación y contraste— pesan poco en los discursos frente a la diatriba y el golpe bajo.

En la confrontación del domingo pasado, en Piura, se notó a un PPK más preocupado por articular su oferta programática, frente a una Keiko más predispuesta a la pulla. El carácter claramente más técnico del primero hizo que cuando contestó devolviendo el golpe se le notara fuera de su actitud habitual. Ello nos ha animado a muchos a concluir que en el balance político a Fujimori le fue mejor.

Acaso, tras una evaluación posdebate, y recibidas las críticas y hechas las autocríticas del caso, en el equipo pepekausa se ha llegado a la convicción de que ha llegado el único y último momento de mostrar “firmeza” y “carácter”; y eso supone “ametrallar” a su oponente con frases poco felices como “lo más probable es que el hijo de ratero es ratero también”. En la tienda de PPK no deben haber aquilatado correctamente que esta afirmación muy probablemente victimice a Keiko y la favorezca. De manera similar al beneficio que podrían obtener ellos (por igual motivo, que aún no ha sido medido por ninguna encuesta) debido a las acusaciones falsas y ataques poco fundamentados de la naranja en el primer encuentro norteño.

Ejemplo de esta decisión de “guerra total” contra Fuerza Popular es el hecho de que Gino Costa, parlamentario electo por PPK, quien habitualmente es bastante ponderado en sus declaraciones, ha tenido que salir a “interpretar” o “morigerar” lo dicho por su candidato, pero no a criticarlo. Por su parte, el siempre educado congresista electo Alberto de Belaunde acaba de sentenciar que el fujimorismo y el montesinismo son algo así como dos fenómenos indisolubles.

Creo que en lo que queda de la competencia esta será la tónica. La forma en la que transcurrió el primer debate ha de determinar que el encuentro de este siguiente domingo sea aún más cruento en ataques, dejando muy poco espacio para la formulación de propuestas e ideas. Los siguientes simulacros han de recoger de una manera mucho más completa no solo los efectos de la confrontación llevada a cabo en Piura, sino que han de confirmar —o no— que, por ejemplo, la denuncia contra Joaquín Ramirez no melló o tuvo un efecto mínimo en las opciones de Keiko.

Pese a todo, en medio de esta batalla de insultos, los indecisos (que varían entre 7% y 10%) serán el factor determinante para darle el triunfo a uno u otro candidato. Ya sabemos que un porcentaje nada desdeñable de electores ratifica o cambia su decisión en plena cola de votación. Así, la ventaja que lleva Keiko es innegable de momento, pero en modo alguno definitiva.

Mario Saldaña C.

@msaldanac