Jaime Chincha

Que se vayan, ya

Que se vayan, ya
Jaime Chincha
13 de febrero del 2015

Análisis de los sucesos de Pichanaki y del fracaso del Gabinete Jara.

Si ya tras el remedo de diálogo en Palacio se hace necesario un recambio ministerial, luego de los sucesos de Pichanaki es urgente que el gobierno entienda que este Gabinete no da para más. Es inadmisible que muera un peruano y más de 70 queden heridos, para que recién el Estado se active y llegue a ofrecer una supuesta solución a las demandas a una población que, ciertamente, es llevada de las narices por vendedores de humo y oportunistas que aprovechan la debilidad del aparato estatal. El Estado titubea cuando pretende restablecer el principio de autoridad, en tanto se sabe un Estado ausente allá donde no existen servicios básicos y pobreza extrema. Ver ahí a Figallo y Mayorga, frente a una masa apremiada por las carencias y azuzada por la desinformación, prometiendo cosas que no pueden garantizar que resolverán, desacredita aún más la ya precaria institucionalidad. Y si a eso le añadimos las torpes declaraciones de Urresti, asegurando que la policía no usó armamento para contener las protestas, cuando en realidad sí lo utilizó, descalifica de plano al polémico Ministro del Interior. 

Desde Lima, y luego de recibir las malas noticias desde Pichanaki, el oficialista Josué Gutiérrez me dijo que la mala percepción que ofrecen estos tres ministros se discute solo en Lima. Vaya manera de no entender lo rápido que vuelan las noticias. Si Figallo y Mayorga ofrecen el oro y el moro, ¿creen que alguien allá no buscará en Google los antecedentes de ambos y encontrará conflictos de intereses y penosas acciones a favor de Belaunde Lossio? Es decir, ¿creen que la gente se chupa el dedo? Lo del lunes fue un cuasi diálogo o un semi diálogo; no permitió que se introduzca en la agenda el tema de fondo: la crisis política es tan aguda que bajará solo cuando otros actores, desde el gobierno, permitan transitar el último año de la gestión Humala. 

Si bien hay cosas que este gobierno ha podido llevar adelante, hay muchas otras que no hizo o no pudo hacer o no creyó que se pudieran hacer. ¿Cómo se explica la poca o nula visión gubernamental tras el anuncio del aumento del sueldo mínimo? ¿No era que los costos laborales eran muy altos, que ello había incrementado notablemente la informalidad, y que era necesario atraer a los nuevos trabajadores a la formalidad, con un empresariado dispuesto a hacerlo? No, ahora el gobierno cambia drásticamente de estrategia y busca, sin un sustento técnico y sin articular ese aumento con otros componentes de la cadena laboral, elevar así, sin más, el salario mínimo. El anuncio le asegura a Humala una tribuna complacida, pero, tal como se está planteando, la intención parece más un intento por reconciliarse con el electorado laboral tras el fracaso Pulpín. 

Sin embargo, antes de cualquier reforma mediocre o hipo normativo que pretenda gestar este gobierno, porque las grandes reformas eran para el 2011 y no ahora, el señor Humala debe cambiar a ciertos ministros. Que se vaya Urresti porque sus resultados contra la delincuencia no alcanzan a contarse ni con una mano. Que se vaya Cateriano porque polariza el escenario y desdibuja lo que un ministro debe ser; que se postule al Congreso que para eso parece estar mejor preparado. Que se vaya Figallo por haber pretendido, desde el gobierno, torcer las leyes y beneficiar a un prófugo de la justicia. Que se vaya Mayorga porque confundió la función pública con su estudio de abogados. Que se vaya Omonte porque el solo hecho de maltratar a su empleada la descalifica para dirigir el Ministerio de la Mujer. Y que se vaya Jara porque lo del lunes en Palacio no va a conseguir nada. Solo logró la noticia de la desactivación de la DINI, con lo cual el gobierno está admitiendo el reglaje a políticos de todo pelaje, hasta de su propio partido. Qué vergüenza. En lugar de desplegar la inteligencia allá en Pichanaki, y dejar que se reporten muertos y heridos, el gobierno del señor Humala prefiere espiar sus propios miedos. 

Por Jaime Chincha R.
13 - Feb - 2015  

Jaime Chincha
13 de febrero del 2015

NOTICIAS RELACIONADAS >

Asalto a pluma armada

Columnas

Asalto a pluma armada

Sobre el posible plagio de César Acuña Los plagios descubiertos e...

29 de enero
El naufragio electoral de la izquierda

Columnas

El naufragio electoral de la izquierda

Análisis de las tendencias electorales en curso Un asunto trascend...

22 de enero
Se mueve el tablero electoral

Columnas

Se mueve el tablero electoral

Candidatos avanzan y retroceden en enero La última encuesta de CPI...

15 de enero

COMENTARIOS