Juan Carlos Valdivia

¿Qué puede pasar?

¿Qué puede pasar?
Juan Carlos Valdivia
27 de abril del 2015

Las posibles secuelas políticas de un NO del Congreso al Gabinete Cateriano.

La presentación del Gabinete Ministerial presidido por Pedro Cateriano, hoy,  ante el Pleno del Congreso, se realizará con una serie de dudas y pocas certezas. Hay dudas políticas y de orden constitucional que han dejado una serie de interrogantes y con ello la expectativa respecto al voto de investidura.

Cateriano inició un proceso de diálogo con las fuerzas políticas con mucho brío, pero que sin mayor explicación perdió entusiasmo. No ha logrado reunirse con todas las bancadas parlamentarias, y no supo balancear sus esfuerzos conciliatorios con el ambiente de barrio de broncas que trata de empujar el presidente Humala.

Hay que recordar que llegamos a este punto tras la censura de Ana Jara, siendo el primer caso de censura de un jefe del Gabinete Ministerial dentro de la vigencia de las constituciones de 1979 y la de 1993. Esto es importante porque como ya se ha señalado son estas constituciones las que incorporan la facultad del Presidente de la República de disolver el congreso ante la censura de dos gabinetes.

El solo hecho del acto de hoy –la presentación del Gabinete Cateriano para presentar su plan de trabajo y obtener el voto de investidura- nos deja claro que, de acuerdo a la Constitución, Pedro Cateriano preside un Consejo de Ministros distinto al de Ana Jara.

Y este es un debate que pretende dar cierto sector de la oposición, arguyendo que solo se censuró a Ana Jara pero no a todo el Consejo de Ministros. Podrían llevar la discusión adelante, pero lo cierto es que no existiendo precedentes en nuestra historia reciente, y no habiendo propuesto con anticipación una interpretación constitucional a esta situación, los hechos marcarán la interpretación de lo dispuesto por la Constitución.

¿Qué puede pasar si el Congreso no otorga el voto de confianza al Gabinete Cateriano?

  • En primer lugar, debería producirse la renuncia de Cateriano dentro de las 72 horas siguientes. Producida la renuncia, el Presidente de la República tendría que nombrar a un nuevo Presidente del Consejo de Ministros (PCM) con el que organizaría un nuevo Gabinete Ministerial.
  • Una vez juramentado el nuevo gabinete, el Presidente de la República podría decretar la disolución del Congreso y convocar a elecciones dentro de los cuatro meses siguientes. El nuevo premier firmaría el decreto con el Presidente, y ordenaría que se publique en el diario Oficial. Aquí veríamos cuantos ministros estarían dispuestos a acompañarlo en esta aventura.
  • Teniendo el oficialismo la presidencia del Congreso, lo que más probable es que la señora Ana Solórzano acataría el decreto y, el mismo día en que este fuese publicado, cerraría el Parlamento y convocaría a la Comisión Permanente, probablemente para los primeros días del próximo mes. Aprovecharían el fin de semana largo para tratar apaciguar los ánimos.

La única vía que le quedaría a la oposición sería apelar ante el Tribunal Constitucional buscando la interpretación de cuando un Gabinete es censurado. Esto puede tomar algún tiempo que solo conseguiría que se aplique la teoría de los hechos consumados.

¿El Presidente Humala estaría dispuesto a asumir los riesgos de cerrar el Parlamento?

Le haría un grave daño a la economía del país, sin tener en cuenta que estaría adelantando el proceso electoral, y que el resultado de las elecciones parlamentarias le sería desfavorable. Pero –todo es posible en nuestro país-, ¿qué sucede si aprovecha este momento para impulsar un proyecto autoritario?

Por Juan Carlos Valdivia

27 - Abr - 2015  

Juan Carlos Valdivia
27 de abril del 2015

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