Guillermo De Vivanco

¿Qué lee Nadine?

¿Qué lee Nadine?
Guillermo De Vivanco
14 de agosto del 2014

Sobre las lecturas de la primera dama y su papel en el gobierno

Le preguntaron a Nadine Heredia qué estaba leyendo y, a diferencia de su esposo, respondió que tiene tres libros sobre su mesa de noche: “El Imperio Eres Tu” de Javier Moro (Premio Planeta 2011), “La Rebelión de Atlas” de Ayn Rand, y “Por Qué Fracasan Los Países”, de Daron Acemogu, profesor de economía de MIT, y James A. Robinson, politólogo, economista y profesor de la universidad de Harvard, experto en política y economía latinoamericana y africana.

La novela de Moro narra la conquista e independencia de Brasil y la historia de Pedro I, quien llegó a ser simultáneamente emperador de Portugal y Brasil. Sin embargo, supongo que lo inspirador de esta novela para Nadine debe ser la historia de la esposa de Pedro, la Archiduquesa María Leopoldina de Austria, una buena compañera, una mujer culta y valiente. Dice Javier Moro: “En realidad, la inclinación de Leopoldina por la vida intelectual, más que un obstáculo, fue un aliciente para las buenas relaciones que compartían. Pedro, que era lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de sus innumerables lagunas, vio en su mujer la posibilidad de colmarlas. Sentía franca admiración por su cultura y talento”.

Fue ella la que, haciendo uso del poder que su marido le delegó durante un viaje al interior de Brasil, firmó, el 2 de Septiembre de 1822, el decreto de independencia que declara al Brasil “territorio separado de Portugal”.

“La Rebelión de Atlas” de Ayn Rand resume una visión del ser humano como un ser libre, en la que “la búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida”. Leyendo la gran obra de la filósofa del objetivismo, uno va descubriendo qué tan arraigadas se encuentran las culpas que los individuos arrastran por las desigualdades del mundo. Durante los últimos tres siglos el capitalismo ha sido atacado y casi destruido sin que, por acción u omisión, se le haya defendido en su base moral: La reivindicación del ser humano como un fin en sí mismo -no un medio para los fines de otros-, de la libertad y de la propiedad privada. Con lucidez y coherencia sorprendentes, Rand se rebela contra los sistemas políticos totalitarios: el comunismo, el fascismo, el socialismo o cualquier forma de estatismo. Le asigna al Estado la defensa del individuo contra la fuerza, y a la Constitución la obligación de proteger al ciudadano del Estado. Tremendo libro. Entretenido, culto, lúcido. Indispensable para todo social confuso.

El tercer libro, “Por Qué Fracasan Los Países”, trata sobre los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. Con rigor científico, sus autores desmitifican las teorías que achacan las diferencias en el desarrollo de los países a factores culturales o climáticos o a la riqueza en materias primas. Dilucidan además por qué algunos países en apariencia similares difieren tanto en su desarrollo económico y político. Contrastan las diferencias entre economías e instituciones extractivas o inclusivas a través de múltiples ejemplos históricos, y demuestran sus consecuencias en el desarrollo o la pobreza de los países.

Acemogu y Robinson sostienen que si los medios de producción no generan riqueza para la sociedad sino solo para una élite “propietaria” habrá poco estimulo para el esfuerzo y la creatividad personal, y esta falta de motivación hará languidecer la productividad.

Entiendo que la clase política cuestione a Nadine por sus dudas democráticas. Sin embargo miles de peruanos consideran normal que apoye a su esposo. En todos estos años vividos en Gamarra he visto a las mujeres luchando al lado de sus maridos, aportando orden, disciplina y trabajo, complementando virtudes y carencias. Son parte esencial del desarrollo de cientos de miles de pequeñas empresas familiares.

La mujer es, cada vez más, un actor central en los movimientos sociales y la política peruana. Tiene razón Rolando Arellano cuando sostiene que “los políticos no se dan cuenta de que la sociedad cambió”.

Me tranquiliza lo que está leyendo Nadine. Igual que Pedro l valoraba el criterio de Leopoldina y sentía admiración por ella, por su formación, sus conocimientos y sus puntos de vista, considero que, igual, Ollanta Humala no encuentra consejera más fiel que su esposa.

Por Guillermo de Vivanco Roca Rey

Guillermo De Vivanco
14 de agosto del 2014

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