Prudencia es el nombre del juego

PPK ha cedido innecesariamente cuotas de poder en el Ejecutivo

Las funciones de alta responsabilidad gubernamental implican históricamente alta exposición pública de los actos, palabras y gestos del funcionario. A diferencia de lo que ocurre con los artistas y futbolistas, el gesto, palabra o acto errado o dudoso no ayudan a agrandar la leyenda del funcionario, sino que arrojan implacablemente sobre él toda la voracidad caníbal de la artillería mediática (a veces con sobrada razón, otras veces por mera insinuación o sospecha).

Salimos, hace poco, de un gobierno en el que la opacidad intelectual, la ignorancia y la inexperiencia eran la regla, con algunas contadas excepciones. Ello hacía comprensible el entusiasmo de los votantes de PPK, amparados en la formación académica y experiencia empresarial exitosa del presidente y una parte importante de su entorno. (Inexplicablemente PPK incluyó también de los otros, los teóricos de gabinete, sempiternos observadores desde el balcón, tozudos repetidores de fórmulas probadamente ineficaces, no pocas veces en las antípodas ideológicas del presidente y sus votantes).

En la nueva administración la prudencia en los actos, palabras y gestos no ha sido la regla. Van solo cuatro meses de gobierno y acaba de caer un ministro por imprudentes hechos propios. Otro ministro enfrenta el riesgo de ser censurado, no por una ley —como dicen sus escuderos mediáticos (pues el Congreso puede derogar, modificar o no promulgar una ley, sin necesidad de tumbarse un ministro)—, sino por un proceso de compras que habría beneficiado indebidamente a gente del entorno ministerial. Entre tanto, otro ministro, apartado temporalmente del ojo de la tormenta por urgencias mayores, viene insistiendo en el apresuramiento verbal y la priorización de esfuerzos en lo menos relevante.

La función ministerial requiere en Perú la conjunción poco común de dos habilidades:

    1.    Dirección eficaz de la tecnocracia, para lo cual resulta muy útil la experiencia exitosa en gestión que se mencionó más arriba.

    2.    Entendimiento cabal del mundo político, para lo cual las categorías de análisis empresarial resultan inútiles.

El premier, Fernando Zavala, con un inusual don de gentes, reúne ambas vertientes en su experiencia de vida. Con respetable background académico, se ha desenvuelto exitosamente en altos niveles de gestión pública y privada, y exhibe un alto conocimiento del mundo político. Al acierto de su designación al mando del gabinete no le siguió, lamentablemente, el endoso total de la responsabilidad para armar y dirigir su equipo. PPK ha cedido innecesariamente cuotas de poder en el Ejecutivo a algunas de las facciones de su alianza electoral, desaprovechando el criterio de quien él mismo eligió. El resultado lo estamos viendo.

Los problemas económicos, que usualmente desvelan a un gobierno, tienen en el Perú un nexo importante con el nivel de capacidad que puede exhibir su gobierno para neutralizar preventivamente los riesgos antes que se conviertan en amenazas para la seguridad de las personas y de las inversiones. Ello implica un imperiosa necesidad de que —para el corto, mediano y largo plazo— Inteligencia, Interior y Defensa funcionen eficazmente. Para el mediano y largo plazo, Educación se les une como la piedra angular en la que hay que concentrarse para construir desarrollo y peruanidad.

Ojalá el sol veraniego traiga claridad en las decisiones.

Dardo López-Dolz