Dante Bobadilla

Proyecto abortado

Proyecto abortado
Dante Bobadilla
28 de mayo del 2015

Sobre decisión de archivar proyecto de ley que despenaliza aborto por violación.

Norteamérica se convirtió en una gran nación porque desde muy temprano sus colonos apreciaron las virtudes de la libertad y el pragmatismo. Su filosofía básica se conoce como “pragmatismo” y puede resumirse en pocas palabras: no perderse en discusiones acerca de ideas sino atender los hechos, todas las ideas deben acabar convertidas en acciones y estas, ser útiles a la sociedad. Lo que no se basa en estos postulados acaba siendo contraproducente. En el otro extremo, las sociedades que prefirieron la ideología acabaron precarizando su realidad, como lo han demostrados los diversos socialismos y sociedades teocráticas.

Acaban de archivar el proyecto de ley para despenalizar el aborto en casos de violación. Es un tema clásico en que se confrontan razones prácticas e ideológicas, particularmente de carácter religioso. De hecho el archivamiento ha sido muy celebrado por conocidos seguidores de la fe, lo cual deslegitima, a mi juicio, la seriedad de una discusión racional que el tema merece.

A la luz de la realidad importa poco o nada que el aborto esté penalizado porque es un acto médico que se realiza a diario, aunque, gracias a la penalización, a menudo corre a cargo de inescrupulosos que se publicitan libremente en los postes de luz, con carteles que tienen faltas de ortografía. Lo único que consigue la penalización del aborto es que las mujeres más pobres arriesguen su vida y su salud o precaricen su existencia. Nada más. No hay ninguna ganancia real.

En este debate está por un lado la mujer concreta y, por el otro un ser imaginario llamado “no nacido” o “concebido”, aunque algunos defensores de la vida llegan a llamarlo “inocente e indefenso niño” con evidente intención manipulativa, a menos que estén realmente delirantes. No hay manera racional de equiparar en derechos a una mujer real con un ser imaginario que no pasa de ser un grupo de células dependientes enteramente del cuerpo de la mujer. En la ciencia se usa el concepto de “ser potencial” porque sin duda no es un ser. Para más datos, no es nada inusual que este conjunto de células acabe expulsado del cuerpo por diversas circunstancias sin que nadie se percate del suceso. De manera que recubrir al cigoto o al embrión con cualidades y naturaleza propia de las personas que interactuamos en este mundo es francamente alucinante.

Personalmente nunca he entendido cómo se puede defender algo abstracto. Yo estoy a favor de la vida de las personas porque de lo contrario puedo ser afectado. Si no condeno el homicidio alguien se podría creer con derecho a asesinarme. Puedo defender la vida de otro -o pedir su muerte- en cuanto lo conozco y sé de quién se trata, pero defender la vida en abstracto me resulta del todo absurdo. ¿Por qué se haría algo así? Hay una sola explicación: la ideológica. Se arroja por la borda la realidad despreciando los hechos. La mujer de carne y hueso acaba siendo un mero fantasma frente a la imposición del “no nacido” como ser.

Lo triste de todo es que las mujeres, especialmente adolescentes en pobreza, seguirán arriesgando sus vidas sometidas a prácticas clandestinas, muriéndose o afectando su salud reproductiva, o llenándose de hijos no deseados, ya que tampoco se les quiere ofrecer alternativas de control de natalidad. Incluso se les ha negado la píldora del día siguiente. ¿Qué se pretende? Es evidente que hemos perdido de vista la realidad para preferir la ideología.

 

Por Dante Bobadilla

28 – May – 2015

Dante Bobadilla
28 de mayo del 2015

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