Proyecciones complejas: ¿cómo viviremos?

Resulta difícil ponernos a pensar en el futuro sin reflexionar sobre las predicciones del científico Stephen Hawkings, recientemente fallecido, respecto a la posible desaparición de la especie humana. Si revisamos las estadísticas demográficas, el profesor español Manuel Puyol señala con claridad meridiana que la esperanza de vida seguirá aumentando de manera consistente en los próximos años, de manera que la población de la cuarta edad (mayores de 80 años) puede alcanzar al 10% del total en las próximas décadas. En simultáneo, el número promedio de niños que nacen cada año por cada mujer en edad reproductiva se encuentra en 1.5.

Con esta tasa de natalidad, es de esperarse que las personas tendrán que trabajar durante más tiempo para contar con los ingresos necesarios para mantenerse y pagar, con sus ahorros, sus gastos de alimentación y salud. Pero también, como ya viene ocurriendo en Japón y China, toca imaginarse que las personas mayores contarán con el apoyo de robots y máquinas, que suponen un nuevo entorno en el que convivirían los humanos con máquinas con inteligencia artificial.

Y esto nos obliga a pensar en que nos toca a nosotros apostar por un aparato estatal más pequeño y eficiente. en el que los colegios, los hospitales y los comedores populares se constituyan en actores efectivos. Un aparato estatal sin una gran burocracia, sino más bien con una gestión basada en indicadores de calidad y sostenibilidad. En simultáneo debemos priorizar la buena gestión pública en las municipalidades y gobiernos regionales, como único canal para la reducción permanente de la pobreza y mejora en la calidad de vida. También necesitamos construir entornos microambientales eficientes, en los que la basura se elimine y las nuevas edificaciones se basen en áreas comunes, de manera que los costos de acceso a una vivienda se reduzcan y se vuelvan accesibles.

¿Y qué hacemos con la política? Sin duda la generación actual de jóvenes y las próximas, totalmente desencantadas de la política, tienen cada vez una participación menor en los movimientos políticos que participan en los eventos de elección popular. Pero creo no equivocarme si apuesto a imaginar que los jóvenes van a ser muchísimo más exigentes con la nueva clase política. Seremos menos humanos, pero más viejos; con mayor inteligencia artificial, en un nuevo entorno y con acceso a mejores posibilidades, Todo esto siempre que las siguientes generaciones estén mejor empoderadas, con habilidades para un entorno cambiante. Pensemos a futuro, con serenidad, y empecemos a construir un presente responsable con la humanidad.