Iván Arenas

PPK y el neo-belaundismo

PPK y el neo-belaundismo
Iván Arenas
12 de agosto del 2015

Kuczynski se perfila como una reedición del toledismo belaundista

Alejandro Toledo está mudo, prefiere la quietud y la sobriedad. El caso Ecoteva lo ha dejado congelado. No es culpa de la “trilogía del mal” como él ocurrentemente llama a Castañeda, García y Kouri, empecinados, según dice, en dejarlo fuera de la campaña presidencial. Toledo está mudo porque simplemente ya no está. “A veces el mejor grito es el silencio”, dijo Roberto Benigni, en la “Vida es Bella”. La  correlación del chakano no es de fuerzas sino de debilidades. La sombra de la corrupción también lo atañe.

PPK es la reedición del nuevo Toledismo. No solo porque ha embarcado a “Techito” Bruce y otros ex chakanos a su millonaria campaña sino, además, porque “el gringo” ha llenado ese espacio imaginario que en política arbitrariamente podríamos llamar una “identidad colectiva toledista”. Recuerden que el poder no admite vacíos.

Pero en el caso de PPK como en el de Alejandro hay además un hilo conductor que brilla. Ambos reflejan algo así como un modo de “praxis” política del Perú republicano: “el belaundismo”. Y el gobierno de Toledo fue la reedición de un  tercer “belaundismo”.

Los “antis” han sido poderosas y certeras herencias del Perú colonial. En cierta forma de eso se nutre el “belaundismo”, de las profundas tirrias que generan corrientes tan fuertes capaces de impedir que los enemigos se pongan las bandas presidenciales. El antiaprismo puso dos veces a Belaunde en el poder. Si Belaunde ganó en 1963 fue por el veto que las FF.AA le habían impuesto a Haya de la Torre. Y si triunfó en 1980 fue porque la izquierda utilizó el “voto útil” para impedir que Armando Villanueva fuese electo presidente.

Del mismo modo Toledo reeditó el viejo legado “belaundista”. La izquierda no dudó en sumarse para impedir que un recién llegado García sea elegido presidente en las elecciones de 2001. Ahora el “belaundismo” se nutre del otro “anti”, el “antifujimorismo” y ya son dos poderosas razones para que PPK busque representar la nueva reedición de un “neo-belaundismo” recargado.

Con estas dos razones de grueso calibre, PPK va a la caza de los “independientes” y, sobre todo, de un sector de la izquierda peruana en la que, ante el desconcierto y la ingenuidad, ya hay quienes alzan la mano pidiendo una oportunidad para Peruanos Por el Kambio si llega a pasar a segunda vuelta. El buen Siomi Lerner no esperará sentado la más mínima oportunidad.

Parece que la batalla por el segundo lugar será una de las más cruentas de la guerra electoral. Si bien los “antis” se han reducido, PPK, Favre y sus estrategas no dudarán en agudizarlos para ocupar el espacio del “belaundismo” toledista. Por ahora le toca al aprismo, que es con el que PPK debe lidiar directamente si quiere pasar al balotaje.

Por Iván Arenas

Iván Arenas
12 de agosto del 2015

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