Mario Saldaña

PPK: iniciativa y diálogo

PPK: iniciativa y diálogo
Mario Saldaña
15 de diciembre del 2016

El presidente ha salido de la torpe polarización fujimorismo - antifujimorismo

Pese a que no es su fuerte y no es un formato con el que se sienta necesariamente cómodo (ya que lo suyo es más el lenguaje coloquial, distendido y, en todo caso, sobre temas técnicos), el presidente Kuczynski va a tener que recurrir más de una vez durante su mandato al tipo de comunicación que inauguró el martes por la noche. Es decir, a intervenciones claras y explícitas que fijen posición, marquen la cancha y definan derroteros.

La historia reciente demuestra que una de las peores cosas que le pueden pasar a un presidente de la República es transmitir debilidad, pusilanimidad o genuflexión. PPK no arrastra (menos mal) ninguna de esas tres condiciones, pero sus buenas formas y su actitud de no darle trámite o relevancia a pequeñeces ni a disputas de politiquería barata, hace que mucha gente confunda su actitud como una de exceso de relajo. El corto discurso de antier nos recuerda que PPK es, ante todo, un estadista. Porque, entre otras cosas, el principal mensaje que envía es que está por encima de las disputas de la coyuntura y que sus preocupaciones centrales son —ante todo— los procesos de reforma en marcha (en este caso de la educación) y el futuro.

El presidente ha hecho muy bien en retirar de las posibilidades en juego, ante la casi segura —ojalá no fuera así— censura del ministro Saavedra, la “cuestión de confianza”, porque en la balanza de costos y beneficios los primeros excedían por mucho a los segundos. Hubiera supuesto entrar, otra vez, a una etapa de incertidumbre, deterioro de la gobernabilidad y mayor afectación del proceso de cambios ya iniciado en el país. Sobre todo de aquellos cambios que apuntan al tema de la reactivación económica y la lucha contra la inseguridad ciudadana.

Sin embargo, a la vez que ha llamado a una reflexión responsable al fujimorismo sobre la censura que hoy se debe votar en el hemiciclo, pide un diálogo para evitar que las pequeñas disputas del momento afecten el camino ya iniciado. Quizá en este punto el jefe de Estado se quedó corto. A mi juicio, su invocación a un diálogo público y alturado debió tener nombre y apellido: Keiko Fujimori. PPK optó por una convocatoria más amplia, pero poco productiva en las actuales circunstancias.

Ello traslada necesariamente la expectativa al territorio naranja. Si Fuerza Popular insiste en la censura a Saavedra asumirá el 100% del costo político de esta medida, ya que el resto de la oposición se ha desmarcado de esta decisión. ¿Suma positivamente al fujimorismo tal decisión? ¿O más bien le resta? ¿La mayor parte de la población entenderá que es una decisión justa en contra de la corrupción en el Minedu? ¿O será puesto como otro pasivo pasivo del fujimorismo; en este caso, como un acto de abuso de poder y prepotencia?

Y finalmente, ¿Keiko Fujimori habrá entendido que el llamado al diálogo hecho por el presidente para buscar un plan mínimo de acción y de reformas le significa una responsabilidad frente al país?. ¿Aceptará? PPK ha logrado, correctamente a mi juicio, salirse de esta torpe polarización que lo intentaba ubicar en medio de fujimoristas y antifujimoristas, y ubicarse en su lugar: el de jefe de Estado.

La pelota está en tu cancha Keiko.

 

Por: Mario Saldaña C.

@msaldanac

 
Mario Saldaña
15 de diciembre del 2016

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